Enrique de Diego.
Nadie rompe una lanza por ti, nadie te quiere, eres, piltrafa, Ignacio PaniAguado una escoria de la política; vas para tonto del pueblo. Tras el éxito de mi anterior misiva, y teniendo en cuenta la máxima de la grandísima Oriana Fallaci de que lo más importante es no aburrir al lector, aquí va la segunda andanada. Los compañeros del digital moncloa.com, gente seria, comentan que sí había moción de censura pero que no eras tú el candidato, sino, pasmado, tu amigacho Ángel Garrido, consejero de transportes, alumno rana del Colegio Tajamar, y al que tú presentaste en las anteriores elecciones como tu fichaje estrella, traidor de traidores. En política, no hay amigos, y el que hoy te sonríe y adula, mañana te acuchilla, que ya decía el maestro Quevedo que «no hay lisonja sin puñalada». Pues bien, todo nace de un plan de pozo de mierda Inés Arrimadas -más bien del alocado Perico J, que va de asesor y siempre la caga- y a tí te hacen la cama como a un pardillo. «El coitus interruptus de Garrido no será excesivamente largo, aún así. La idea que mantienen en la formación naranja es que sea el candidato a las próximas elecciones municipales dando la esperadísima patada a Aguado, quien ya se ve fuera de la política casi con toda seguridad, dado que nadie le quiere ni en el PP ni en Ciudadanos. Arrimadas tampoco se plantearía colocarle en ninguna otra posición, pues el vicepresidente no cuenta con el apoyo de nadie en su partido». La «esperadísima patada a Aguado», en tu culo, «dado que nadie le quiere ni el PP ni en Ciudadanos». ¿Cómo te has ganado tantos enemigos, fatuo? Es lo que le pasa a todos los traidores que, a la postre, nadie se fía de ellos y tú a traidor, aunque no rematas, ganas al conde de Julián y a Willedo Dolfos.
Y tú, mangarrán, que has visto muchas películas, te lo has tomado «con espíritu de deportista; enseguida nos reponemos y ya estamos pensando en el siguiente partido». Pues ya te digo que el siguiente partido perdéis por goleada, bajáis de categoría, descendéis al abismo, desaparecéis, os extinguís, soplagaitas; se os va el chiringuito a la mierda, ya te puede financiar papá el próximo entuerto, que ni por esas. Te voy a freír en los tribunales, te voy a sacar la hijuela, no te va a quedar para pagar al despacho de abogados Fúster y Fabra, que rima en asonante, con tontos de baba. Cuando termine contigo, no vas a tener ni para sufragar un abogado de oficio, que suelen ser, lacayo, la mano tonta del fiscal.
Pardillo más que pardillo, que te has quedado pasmado, con dos palmos de narices, traidor de poca monta, perdedor. Y vas y dices: «Ayuso lo ha dinamitado todo. Lo ha dejado como un solar». Que va, error de diagnóstico, Isabel Díaz Ayuso -no tan lista, que ya la avisó el sabio Roberto Centeno que no eras fiable, y lo dijo antes de la pandemia, y ya tenía que haber disuelto y convocado elecciones, pero no es tan tonta que no identifique sus intereses, y después de la moción de Murcia, que los murcianos son más de derechas, incluidos los de Ciudadanos, y os van a escupir a la cara y vais a hacer el ridículo, la ambiciosa Ana Martínez Val- se ha salvado y a ti te ha hundido; te ha puesto la dinamita en el culo y en los implantes capilares y ha dejado como un solar…a Ciudadanos, por rastreros, para que os metáis la banderita esa de los cojones y de vuestros complejos donde os quepa y tú vas a desaparecer de la vida política, pasmado, donde nunca debías haber entrado. Te ha dinamitado y no te has enterado, gañán, poca cosa, muerto de hambre. Ignacio PaniAguado, que no eres carne ni pescado, ni frío ni caliente, eres viscoso, progre vergonzante, verdura de las eras, nulidad, vete a esparragar.