Mike Sala.
“La historia secreta de la campaña en la sombra que salvó las elecciones de 2020” es el título de un sorprendente artículo que hace apenas una semana publicó la revista Time, uno de los medios que más específicamente han apoyado a Joe Biden, al partido demócrata y a todo el entorno globalista que desde hace años ha estado preparando el escenario para llevar al Partido Demócrata a la Casa Blanca con el doble objetivo de acelerar la consecución de las metas de la agenda globalista y perpetuar a los demócratas en el poder todo el tiempo posible.
Artículo sorprendente por dos principales motivos. Uno, porque describe breve pero fielmente cuáles han sido las maniobras que el Partido Demócrata, sus amigos y los amos de todos ellos, han realizado para alterar el curso natural de unas elecciones presidenciales en las que el candidato demócrata Joe Biden ha sido un personaje de muy bajo perfil, con una capacidad de convocatoria irrisoria en sus mítines, y al que los presentadores y moderadores en los debates presidenciales televisados tuvieron que rescatar en no pocas ocasiones para evitar que cayese en un ridículo que habría complicado mucho su papel de gran esperanza blanca ante un Donald Trump al que los medios de comunicación, tanto los progres como los supuestamente conservadores, atacaban a diario para regocijo de los socialistas radicales que habían tomado al asalto el Partido Demócrata. Y dos, Time no ha podido resistirse a la euforia de la victoria fraudulenta de los demócratas. En un ambiente poco menos que festivo en el que tanto progre y y unos pocos republicanos traidores ya daban por seguro que Trump sería condenado en un impeachment del que nuevamente ha salido victorioso, esta publicación ha querido subirse al tren de la victoria y no se le ha ocurrido mejor forma que presumir de conocer los entresijos de la conspiración que arrebató al Partido Republicano lo que justamente iba a ganar en las urnas.
Así, resulta que Time ha publicado en ese artículo un perfecto resumen de lo que Rambla Libre y El Republicano Digital en sus publicaciones fueron pormenorizando durante semanas desde la noche electoral presidencial de noviembre hasta la fecha del 6 de enero, día en el que los demócratas forzaron una “invasión” del Capitolio en la que, como ya se ha documentado posteriormente, activistas pro Biden trataron de convertir la concentración popular en una rebelión que acabase por condenar públicamente a Trump ante el pueblo americano. Modificación de leyes estatales sobre votación por correo, contratación anómala de decenas de miles de trabajadores electorales, apoyo de las Big Tech para censurar contenidos a favor de Trump, incluidas las propias cuentas del presidente, negación de evidencias en vídeo y otras documentaciones demostrando la alteración de resultados electorales… todo ello como resultado del acuerdo tácito planeado tiempo antes de las elecciones entre los movimientos radicales de izquierda como Antifa y BLM y gigantes empresariales de la comunicación y otros ámbitos económicos con el objetivo común de orientar el mayor voto posible hacia Joe Biden y hacer aceptable a la población la idea de que la victoria del Partido Demócrata estaba asegurada… todo está descrito en el artículo del Time cuya portada del 21 de diciembre mostraba un primer plano de Biden bajo el titular “persona del año” (y sin ser aún presidente), con un muy próximo segundo plano de Kamala Harris, la izquierdista de etnia cambiante, bajo el mismo titular, plantando así en la mente del lector el subliminal mensaje de que tarde o temprano, si el plan globalista se cumple, será ella la que ocupe la presidencia de los Estados Unidos.
Pero la realidad no ha dejado a los demócratas y a sus aliados redondear el mensaje. No ha habido broche de oro. Donald Trump no ha sido condenado en el proceso del impeachment. Un resultado que era de prever analizando los hechos objetivamente. Los argumentos entre rabiosos e infantiles y las “pruebas” de nulo valor presentadas por los demócratas y aplaudidas por 7 traidores republicanos con Mitt Romney como principal figura han llevado a los promotores de este juicio político al ridículo más espantoso y a las instituciones en manos demócratas a la infamia más profunda. Time acudió en “auxilio del vencedor” y su vanidoso relato revelando la conjura contra Trump es muy posible que sea utilizado posteriormente por los abogados del hoy expresidente en las causas que están pendientes de resolución. Joe Biden ha conseguido la presidencia, pero a los demócratas no les espera una legislatura sencilla. 71 millones y medio de votantes por Trump esperan su oportunidad para demostrarlo.