Enrique de Diego.
Mírate, eres una nulidad, Ángel Víctor Torres, no vales ni lo que costó de bautizarte. Eres detritus, escoria de la casta parasitaria, que lo único que has hecho fue subirte el sueldo en plena pandemia. En realidad, esta carta debía dirigirla a toda la clase política canaria, la más infame, la más lela, la más aplatanada e inconsistente del mundo mundial. Estáis para que os corran a gorrazos y salir a nado de las Islas, con vuestros rollos macabeos, melifluos a más no poder, políticamente estúpidos. Parecéis todos de diseño, cortados por el mismo patrón, diciendo todos las mismas estulticias, sin ninguna relación con la realidad que no es otra que haber llevado a Canarias a la miseria y al hambre, que vendrá en grandes dimensiones, mientras vosotros, los politicastros, orondos, mentís a todas horas para llevar a vuestro pueblo al sacrificio.
Ya no os cree nadie, no tenéis ninguna credibilidad. A ti te viene ni que pintado lo que dijo Abraham Lincoln: «Se puede engañar a todo el pueblo durante un cierto tiempo y a parte del pueblo todo el tiempo, pero no se puede engañar a todo el pueblo todo el tiempo». Y tú, por engañar, te engañas a ti mismo. Atrapado en tu mierda de ideología, que consiste en mantener el sueldo oneroso y tus privilegios y los de tu casta, has callado mientras las Islas se llenaban de turistas ocasionales e indeseados e indeseables y has pedido, degenerado, como solución, el timo al godo, que los repartan por la Península sin ser capaz de darte cuenta que eso es crear un puente aéreo continuo y constante, y para tus delirios has contado con el servilismo lacayuno de la casta, con la unanimidad de todos los partidos para alojar a los conflictivos menas a cuerpo de rey en los hoteles, lo que nunca has hecho con los tuyos, aunque tú no sabes quiénes son los tuyos, y en esa unanimidad han caído Ciudadanos y PP, que espero que lo paguen en Cataluña, por traidores, que lo pagarán seguro en Cataluña.
Tú eres el mayor traidor de las Islas, el conde don Julián de las Islas antes Afortunadas y hoy Desgraciadas, gracias a ti, que no representas a nadie, que en Canarias debe haber elecciones anticipadas para que te vayas por donde amargan los pepinos con tus monsergas, con tus mentiras de la xenofobia, porque xenófobos y racistas son los de fuera, a ver si te enteras, alma de cántaro, y te lleves toda la escoria de tu casta y su grupo mascota, que no son caniches sino rotwelers. Se te acabó la broma, se te acabó el chollo, se te terminó el engaño con todos los medios haciéndote la ola a tanto la línea. Vas a sudar la camiseta, la rebelión ha empezado en las Rehoyas, va a seguir hoy en La Isleta y luego se van a sublevar todas y cada una de las Islas, contra ti, contra tu inoperancia, contra tu mentira cochina, contra tu cobardía, que dices que no quieres que «Canarias sea una cárcel» y la has convertido en una prisión para los canarios, que los llevas al sacrificio, pero te van a dar un corte de mangas y una patada en tu orondo culo, traidor, más que traidor. Pronto habrá manifestaciones masivas para que te vayas a purgar tus desafueros. Al tiempo.
Léete en penitencia mi libro «La izquierda mema, el pecado original y la invasión de Canarias» para enterarte de en lo que estás participando, servil: en el genocidio de los canarios.