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La bruja Nancy Pelosi declara que quien no apruebe el aborto está contra la democracia y contra Estados Unidos

Redacción




Mike Sala.

El camino que Barak Obama emprendió al llegar a la Casa Blanca, cuya ruta era hacer de los Estados Unidos más Europa y más tercer mundo para someter así a la nación a los designios de la agenda globalista, se retomará oficialmente hoy, cuando Biden acceda al cargo de Presidente. Los cuatro años de presidencia de Donald Trump habrán sido un paréntesis en el que un antisistema, entendiendo por sistema al estado profundo y corrupto gobernado por intereses no precisamente respetables, entró en la historia demostrando que se puede luchar contra el entramado mediático que apoyaba a la indeseable y corrupta Hilary Clinton, y que se puede permanecer en pie frente a los lobbies militares, financieros, LGTB o simplemente anti americanos. Precisamente por eso el poder profundo, el corrupto Partido Demócrata, el vendido y cobarde Partido Republicano, la Corte Suprema indiferente ante la ilegalidad, los medios entregados al socialismo globalista y millones de votantes que han preferido no ver la realidad, se han conjurado no solo en impedir la victoria electoral de Trump; también en aunar esfuerzos para tratar de borrarlo de la historia de la nación. Y rara vez un comportamiento tan necio habrá tenido unas consecuencias tan inmediatas como las que están por llegar a partir de hoy.

 

Una de estas nefastas consecuencias ya anuncia su llegada. Nancy Pelosi, actual miembro eminente del Partido Demócrata, presidente de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, y cuya carrera política muestra no pocas contradicciones, como haberse mostrado contraria a la guerra de Irak para más tarde apoyar todos los conflictos bélicos protagonizados por Obama, es una política profesional que se define como católica practicante y que, como suele ser habitual entre los católicos del Partido Demócrata, también se define como abortista, feminista, pro LGTB, y muy orgullosa de todo ello. En unas recientes declaraciones en el podcast de Hilary Clinton, Pelosi alabó las intenciones de Joe Biden de revertir las políticas de Donald Trump en cuanto a proteger las vidas de los no nacidos y de amparar las objeciones de conciencia de médicos cristianos para practicar abortos. En un paso más hacia la censura definitiva contra la libertad de elección por causas de conciencia y de creencia religiosa, Nancy Pelosi llegó a decir en el podcast que aquellos que están en contra del aborto también están contra la democracia y contra los Estados Unidos. Toda una declaración que en nada se diferencia de la de cualquier dictador cuando asegura que lo que él defiende y representa es la esencia de su nación, y que todo aquél que no acepte sus postulados será considerado enemigo del pueblo. Posteriormente Pelosi trató de reforzar su criminal argumento recordando lo sucedido en el Capitolio el 6 de Enero, culpando a Donald Trump como responsable e instigador del supuesto asalto y sugiriendo que el aún entonces Presidente Trump estaba confabulado con Vladimir Putin para invadir el Capitolio. Entonces, el broche de oro al programa lo añadió la corrupta Hilary Clinton comentando si no sería conveniente que una comisión similar a la que se constituyó por los atentados de 11-S estudiase los sucesos del 6 de enero y la responsabilidad de Trump como instigador.

 

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Lo que viene a partir de hoy en Estados Unidos es mucho más importante que el odio contra Donald Trump y la ceguera de quienes ocultan sus logros durante su administración para ensalzar como víctimas a las mujeres que no han tenido tan fácil matar a sus hijos no nacidos y a las organizaciones cuyo negocio es el aborto. Lo que viene a partir de hoy es un declive de cuyo fondo será muy complicado salir. Cuando la izquierda accede al poder el pueblo no solo sufre gobiernos que empobrecen a sus naciones y las convierten en menos libres. También suele ser habitual que el odio y el enfrentamiento sean herramientas habituales de esos gobiernos. En España lo vivimos con Zapatero, Rajoy no tuvo ni ganas ni agallas de corregirlo, y Sánchez e Iglesias han hecho de ese odio y enfrentamiento su mejor estrategia para mantener a los españoles enfrentados y distraídos. Ahora, los demócratas llegan al poder así. Enarbolando la bandera de la confrontación y del odio al disidente. América será menos América. Será menos tierra de oportunidades, menos tierra de libertad individual, menos tierra de innovación. América será más Europa, más de impuestos, más de subsidios, más de papá estado, más de asistencialismo, más de socialismo encubierto, más de inmigración ilegal para favorecer a oscuros intereses. Pero la culpa no será solo de los Demócratas. Otros muchos han fallado, otros muchos han traicionado y otros muchos han procurado que América sea menos América en este oportuno momento histórico en el que lo que pueda quedar de mundo libre necesitaba precisamente todo lo contrario; más América.