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Europa será cristiana

Redacción




Enrique de Diego.

He aquí un buen libro, una historia de las ideas casi completa, que representa y mueve a un compromiso, y contiene una esperanza, con la civilización occidental desde el convencimiento de que Europa será cristiana. Decía André Malraux que «Europa será cristiana o no será», ergo será.

Santiago Cantera Montenegro es de sobra conocido, doy por hecho que a su pesar, por el prior del valle de los Caídos, cargo en el que viene manteniendo una línea de fortaleza contra los embates del señor de las tinieblas y contra la oscuridad. Con gran prudencia y sabiduría, ha puesto en un brete ese menudo monje, de ideas clarísimas, a las fuerzas desatadas y obcecadas del Gobierno y a la tibieza de la jerarquía católica. Antes que fraile ha sido cocinero; quiero decir profesor de Historia en el CEU San Pablo.

El monacato puede hacer mucho para salvar esta crisis de Occidente, como ya hizo cuando la caída del Imperio Romano, y Santiago Cantera está especialmente preparado para ponerse a la ardua tarea. La presente es la tercera edición, revisada y aumentada, que llega hasta nuestros días, hasta el azote de la pandemia del coronavirus. Europa tiene sus aportes helenísticos, romanos, los aportes de los pueblos germánicos, bizantinos-eslavos. La identidad de Europa es el cristianismo y por darle de espaldas con un laicismo degradante y degradado viene la crisis pavorosa de Occidente, en la que la civilización ya no se tambalea, impotente y sin resortes morales, como escribió el profeta San Josemaría Escrivá de Balaguer, sino que se cae a pedazos. Santiago Cartera los recoge uno a uno.

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Se nota en el libro la experiencia docente porque se trata de un texto agradable y pedagógico. Una auténtica historia de las ideas, un manual, con la incisividad de un ensayo. «Europa es, ante todo, un continente cristiano y una civilización cristiana», nos dice el autor, eso «nos define su identidad». Europa lleva dos años de despiste, de la llamada «Modernidad», que es lo más retrógrado que hay pues es la vuelta al paganismo, por haber roto, haberse rebelado contra el orden natural, contra la realidad de las cosas. Urge el retorno a Santa Tomás de Aquino. Monje convencido y orgulloso de su vocación y bien dotado para la docencia el libro tiene algunas de sus mejores páginas en la epopeya monacal de cristianizar a los pueblos bárbaros o germánicos cuando el Imperio Romano se hunde, en su gran labor de mantener la cultura. Labor impresionante, que en Oriente llevan a cabo San Cirilo y San Metodio.

He dicho casi completo, porque hecho en falta a San Bernardo de Claraval y una reflexión sobre las Cruzadas, a las que habrá que volver como inspiración y ejemplo.

Luego, con Rousseau y su nefasta «voluntad general», empieza la «Modernidad», en la que nos introduce y disecciona con sabiduría, a través de sus principales pensadores, o deberíamos decir destructores. Muy oportunas y certeras las acertadas críticas al liberalismo. Sabrosas son sus reflexiones, de la mano de Benedicto XVI, sobre la banalización y descuido en la Liturgia, del abandono del Sacramento de la Penitencia, porque esta crisis de Occidente es, sobre todo, una locura de los eclesiásticos. Lo que representa de intento descristianizador la dictadura sanitaria que han impuesto los dirigentes políticos y la que se han sumado con suicida entusiasmo los religiosos.

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Del libro se deduce una esperanza, en los núcleos de fidelidad, en el mantenimiento de la tradición pristina,  y surge un compromiso de autodisciplina para salvar la civilización. San Josemaría repetía «queremos ser más, seamos mejores». Y es de lo que se trata. Autodisciplina para hacer lo que se debe, no lo que apetece en este ambiente hedonista degradado y degradante, que a nada conduce, salvo al abismo colectivo y al vacío personal. Autodisciplina para ser leales a los compromisos, a las metas, fortaleza de carácter para ser inmunes a la manipulación, porque es la suma de debilidades la que resulta letal. Europa será cristiana en la medida en que seamos cristianos, mejores cristianos. En ese supuesto, habrá una reacción liberadora que expulsará todas las miasmas y toda la escoria: Europa será cristiana. Depende de cada uno de nosotros, de nuestra capacidad de ascesis.

Santiago Cantera Montenegro, La crisis de Occidente, orígenes, actualidad y futuro, Tercera edición revisada y ampliada, Editorial Sekotia, Madrid, 2020, 440 páginas.

 

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