Enrique de Diego.
Chulo puta, hay algo que no recoge ninguna encuesta, es el odio que acumulas, ya te odia las 2/3 partes de España y pronto te odiará todo el mundo y no se puede acusar de delito de odio a todo el mundo. Te odian, Pedro Sánchez, porque estás destruyendo el paisaje de todos, cambiando la vida de todos, estás convirtiendo a España en un erial. Me cuentan mil voces que la gente está crispada, que salta a la mínima, que la emprende con los funcionarios, porque no tiene a ti delante, nulidad, porque no das una y encima te regodeas en los fastos del poder, y eso va calando, cae como chuzos, sienta como una patada en los huevos cada vez que te montas en tu Falcon particular, con tus diez coches de séquito cortesano en Roma y tu Maserati Quatroporte, verano en La Mareta, insensible al dolor de un pueblo, confinando, con toque de queda in aeternum y todo por no adoptar medidas a tiempo, por no cerrar las fronteras, por dejar suelta a Begoña, a Carmen Calvo, a Irene Montero con su aquelarre feminista, por dejarte timar como un chino, por improvisar, por no tener mascarillas, ni quien las produjera, por ir cuanto menos cinco pasos por detrás de la pandemia, por presentar una mierda de presupuestos que son mentira cochina, por hundir el turismo, la hostelería, el ocio nocturno, por hundir a tantos pequeños emprendedores y trabajadores y a sus pequeños negocios.
Eres un soplagaitas, un tonto activo, que es lo peor, un chico de la factoría Soros -sin ese personaje siniestro no se entiende nada de lo que sucede en la sufriente España-, que lo recibiste en secreto en La Moncloa, un tirano a tu pesar, un gili descargando responsabilidades en los demás, un inútil, con una ignorancia ontológica, que se cree socialdemócrata y no es más que un idiota con una pseudoideología, jodiendo el diccionario, ellos y ellas, tontos los dos, que lleva al desastre de tu Manual de resistencia. Tonto de los cojones, mira como tienes Canarias, y no haces nada, sólo alojar en hoteles a los foráneos y así no hay turismo; te que dará muy bien llamar fascistas a quien te dice las verdades del barquero pero te las va decir el pueblo llano y soberano, no te las va decir el Congreso de los Diputados, que es mera caja de resonancia, te las va decir la calle, que te sufre, que espera de ti algo de sentido común y resulta que de eso no tienes ni asomo. No te va a servir de nada tú Iván Redondo, para estrategias de casta y estómagos agradecidos, has de temer más bien a los estómagos vacíos o a medio llenar de ERTES, a los padres cuando no puedan pagar los dispendios de sus degenerados hijos con el botellón y la Universidad, de donde saldrán al paro, a los juegos del hambre en los comedores sociales que empiezan a flaquear, al hastío ante tanto político garrapata y sanguijuela insensible, y tú el primero.
No eres socialdemócrata, ni Cristo que lo fundó, sino de una pseudoideología de retales, desvertebrada, de la que viven parásitos en chiringuitos malolientes, que te vas a cargar, que te has cargado el Estado de bienestar, el Estado y la sociedad, que anda todo manga por hombre y vas a ser el presidente del lumpenproletariado y la nomenklatura, que vas a enviar a la mierda a las clases medias. Eres el administrador de la mierda, la abominación de la desolación con Falcon. No sabes como funciona la sociedad, como se genera riqueza, sólo sabes ensartar una retahíla de frases bobaliconas y sin sentido, en tiempos más sensatos, las hubieran llamado gilipolleces, que dan para un discurso parlamentario garbancero, que es lo que ha degenerado el Estado de Partidos; y todo te ha pillado por sorpresa, y no se te mueve un músculo, que es para lo que has entrenado, pero no estás para lo que viene, el odio cainita hacia ti y los de tu clase, la mentira hecha añicos, el hambre aullando por las calles, cuando te dejen solo, cuando te quedes solo con las mentiras en las que te has criado y te has creído, cuando se acabe la gasolina al Falcon y tengas que enfrentarte con la verdad, con la calle revuelta, con los padres que no tienen para la leche para sus hijos, no digamos para el coñac matarratero. Cuando dejen de manipular y adularte tus televisiones y no sirva la censura de tus malditos bulos, cuando en tus noches de insomnio y en vela escuches los reproches de la ira del pueblo, no guiada por ningún partido, sino plebiscitariamente, como Fuenteovejuna, todos a una, tú vida será un infierno, no te arriendo la ganancia, ni el queroseno quemada del Falcon, ni los veranos en La Mareta, ni las vistas a las Marismiñas, ni a Quintos de Mora. El desastre que has montado es bíblico, es homérico, es una sarta de estupideces una tras otra peor que la siete plagas de Egipto. Toma y lee, y que lea toda España porque ahí está la única salvación posible.