Alfonso Grau.
Adrián Cabrera Hernández es de la Plataforma Vecinal de Arguineguin y el organizador de la manifestación del día 31, a las 11 horas. Cuenta con el apoyo del Ayuntamiento de Mogan, que pone la seguridad. La manifestación ya está autorizada por la delegación del Gobierno y hay otra Plataforma tinerfeña, Luchemos por nuestra tierra que se suma a ella. «El problema se ha ocultado por el Gobierno», se queja, y «también por las televisiones», así que se ha invitado «a todas las televisiones», nunca se puede escudar en la ignorancia. «Canarias no sólo está para el sol y el turismo, Canarias está también para lo malo».
Los inmigrantes se hacinan en el puerto pesquero, por donde un día paseaban los ancianos del lugar, apunta con añoranza. Desde el muelle, salían cada diez viajes de barcos bordeando la costa, ahora no sale ninguno, «no pueden embarcar». Es uno de los lugares turísticos por excelencia; pero «no puede haber turistas e inmigrantes a la vez, no tiene sentido, no es una imagen conveniente».
Ha llegado a ver 1.5oo inmigrantes ilegales, todavía quedan 800. «La situación es inhumana para ellos y para nosotros, para todos». Hay «muchísima inseguridad. Ha habido varias fugas de inmigrantes. Puede haber cuatro coches patrulla de Policía Nacional para toda esa gente».
Su voz suena a lamento por un pueblo que se muere, por todo el archipiélago, por todas las islas que se mueren, por dejadez de los políticos autonómicos, que no han buscado soluciones, a tanta insalubridad, a los inmigrantes ocupando las plazas hoteleras. Van a luchar, van manifestarse por sobrevivir, para que se busquen soluciones. o que haya «reparticiones o que sean enviados a sus países de origen en deportaciones».
Espera que a la manifestación asista gente de toda Canarias, que se note el respaldo de unas Islas que se niegan a morir, que pueda pasear otra vez los ancianos por el muelle pesquero Arguineguin, porque si no toman medidas el problema será mayor, «no ha terminado el año, y van a seguir viniendo muchos más». El día 31, a las 11 horas de la mañana, los canarios tienen una cita con su destino, para romper tanto silencio cómplice.