Editorial.
Las encuestas nunca recogen el fenómeno emergente que es la abstención activa, claramente ganadora en las elecciones vas y gallegas. Sin fecha aún, nos disponemos a tener una victoria tumbativa, aplastante de la abstención activa, claro castigo a la partidocracia, en la próxima cita electoral en Cataluña. Nuestro objetivo es conseguir un 60% de abstención directamente contrapuesta a los partidos.
A quienes confiaron en los independentistas y a los que se hacen llamar constitucionalistas, recuerden la mascarada del 1 de Octubre, para unos y otros; como los ciudadanos fueron llevados a llenar las calles en una disputa que no iba con ellos; como Puigdemont, un hombre que ha vivido de las subvenciones, se ríe de sus votantes en un exilio de coña, como Esquerra propicia la islamización de Cataluña, que representa un serio peligro, basta mirar hacia el Norte. Por el otro lado, ver como el PP sacrifica unos votantes que carecen de representación; como Ciudadanos, traicionó a los suyos, marchándose sus dirigentes a Madrid y a Vox participando de la farsa, cogiendo unas subvenciones que dijo que no cogería.
Frente a la munición gruesa, y falsaria, de la confrontación independencia-unidad de España, los catalanes deben exigir su representación y su libertad política, La abstención deben entenderse como un ataque directo a los políticos y al engranaje que mantiene en una esclavitud voluntaria a los ciudadanos.
En Cataluña salimos a ganar con una abstención activa triunfadora, que cambie el rumbo de la historia.
La abstención activa subió en Vascongadas 12,33 puntos y arrasó en Bilbao con el 51,42%
La alta abstención activa en Galicia, una brecha en el muro del Estado corrupto de partidos