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La abstención activa subió en Vascongadas 12,33 puntos y arrasó en Bilbao con el 51,42%

Redacción




Mike Sala.

El primer dato más relevante de las corruptas elecciones vascas del 12-J pasó inadvertido para la inmensa mayoría de espectadores y lectores de los medios. La abstención. Una abstención que, tomando como ejemplo una de las ciudades más importantes de la región como es Bilbao, ganó por goleada con un 51,42% sobre los partidos del sistema. Cierto es que los medios hicieron alguna referencia sobre el asunto; pero no le dedicaron ni un minuto entre la bazofia de información y desinformación que durante horas emitieron y publicaron para seguir aborregando y enfrentando a la ciudadanía.

Y el segundo dato más relevante de la jornada electoral del 12-J en las Vascongadas, aún más ignorado si cabe y siguiendo con el ejemplo de Bilbao, fue el tremendo incremento de abstención respecto a las anteriores elecciones autonómicas de 2006, en las que la abstención alcanzó un nada desdeñable 39,09%. Una remontada de nada menos que 12,33 puntos sobre un censo de votantes que, entre 2020 con 273.004 posibles votantes y 2016 con 273.513, apenas había variado en 509 personas.

De entre la escasísima información ofrecida por los medios regionales y estatales del sistema acerca de la victoria de la abstención, llama la atención el argumento que no pocos defendieron en los días posteriores al 12-J respecto al miedo de los electores al Covid-19, al posible contagio y a sus consecuencias, y al ambiente de miedo devenido en pánico que esos mismos medios estuvieron sembrando los meses anteriores, con el inestimable y necesario patrocinio del gobierno de España y sus ineptos asesores. Y si los comunicadores apenas se refirieron a la abstención de 810.015 electores por todas las Vascongadas contra 908.328 votantes, a los que habría que restar 6.735 nulos y 8.515 en blanco para plasmar la realidad de una población desencantada con los políticos y harta de corrupción, menos cabía esperar que el ejemplo de Bilbao, superando con creces la abstención a la participación, llegase a ser referencia de titulares y aperturas de noticieros.

Creciente desencanto social

Ignorando lo anterior, exactamente como sucedió en esos mismos días con los resultados de las elecciones autonómicas en Galicia, los sesudos periodistas, comunicadores, tertulianos y demás advenedizos, han obviado la realidad de la abstención, solapando así el creciente desencanto social, para ilustrar al sufrido ciudadano sobre el reparto de poder entre los diferentes partidos corruptos. La alegría de unos por el incremento de votos de proterroristas y la euforia de otros por el descalabro de los comunistas de salón, casoplón, cuentas opacas y escasísimos escrúpulos, son la cortina perfecta para ocultar lo que realmente sucede tras el escenario: el reparto de poder entre partidos que obedecen a intereses superiores y más poderosos que se adueñan España y los españoles como una manada de parásitos. Y mientras esto sucede, los mismos españoles que a costa de sus vidas y haciendas otorgan poder a quienes les expolian, se enfrentan entre si defendiendo a diferentes partidos políticos cuyos verdaderos amos son los mismos sin importar el color o la ideología que abanderan. Ésa es  la razón, y no otra, por la que los abstencionistas y la abstención activa somos silenciados en la mayoría de los medios que se alimentan del poder y lo defienden con uñas y dientes porque en ello les va la cuenta de resultados y la vida.

La abstención activa masiva arrinconará a los políticos

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El principio del fin de la corrupción endémica que recorre España de un punto cardinal a otro podrá darse cuando el pueblo comprenda que la abstención masiva, como abstención verdaderamente activa, arrinconará a los políticos del sistema dejándoles sin legitimidad. Para esto, los abstencionistas que perseguimos el establecimiento de una República Constitucional libre de corrupción, parásitos y castas privilegiadas, necesitamos sumar apoyos. Los españoles necesitan comprender que están siendo pastoreados como ganado. Como una inmensa cabaña de contribuyentes que viven en un espejismo en el que creen que pueden disfrutar de derechos cuando en realidad lo que les está sucediendo es que el sistema, dirigido por poderes e instituciones inicuas, les roba con total impunidad y les manipula impunemente. Es el castigo que les conduce a la miseria mientras les premia con pan y circo. Es la amenaza de los impuestos, las sanciones y la muerte social con una mano mientras con la otra canales de televisión poblados de degenerados y anormales  les ofrecen realities inmorales, liga de fútbol y series con personajes con menos carga intelectual que una ameba y a todas horas obsesos por el sexo. A los españoles les están destruyendo la moral, la dignidad y la ética y se la están reemplazando con sobredosis de hedonismo y empacho de estupidez.

Nada queda ya por regenerar. Hay que generarlo todo en esta España que ya se asemeja demasiado a una escombrera en la que nada parece recuperable. Tenemos que ganar la libertad política colectiva. Tenemos que darnos un gobierno digno que gobierne, en lugar de un gobierno de pandilleros, radicales, defraudadores, tiranos y estúpidos. Tenemos que construir España desde cero, porque lo que queda es sucio y corrupto. Solo así tendremos las oportunidades que a otras naciones les ha dado el trabajo arduo, la honradez, la fe y los principios morales, y la causa de la libertad. Por eso insistimos en la abstención masiva como abstención activa, y por eso defendemos la República Constitucional y con separación efectiva de poderes. Para que el pueblo se gobierne así mismo sin miedo ni dependencia del poder económico, del poder político, del poder religioso, ni de la delincuencia organizada que nos saquea.

El ejemplo de Bilbao, con su mayoritaria abstención, está ahí para quien quiera reflexionar. Con un 60% de abstención en ciertos municipios de Francia, los políticos tuvieron que recular con algunas de sus iniciativas. Con un 51,42% en Bilbao, tanto los etarras, como los nacionalcatólicos de chapela y sociedad gastronómica, como los neocomunistas de ropa de marca han tenido que mirar para otro lado y no airear la realidad del hartazgo ciudadanos para que el ejemplo no cunda. 

Así que en nuestras manos está que tal ejemplo trascienda. Por la abstención mayoritaria y activa. Por la República Constitucional.