Joseph Gallard es vicepresidente del grupo de expertos “Right of Tomorrow” y estudiante de Ciencias Políticas. Denuncia el auge del nacionalismo turco en nuestro territorio, que afecta fuertemente a la comunidad armenia.
Los armenios en Francia son víctimas de un clima de tensión, causado por el recrudecimiento de la violencia entre Azerbaiyán y Armenia. Los nacionalistas turcos y azeríes han decidido hacer que los armenios paguen por sus vínculos con la patria de Noé. Un nuevo caso ha acentuado aún más la brecha entre las dos comunidades.
Este 30 de agosto, la estatua de Komitas fue degradada por las inscripciones: «es falso» escritas en rojo. Un acto de negacionismo sobre un monumento de fuerte significación simbólica. Esta estatua en honor a un gran personaje de la historia de Armenia. El sacerdote Komitas, armenio, es un sobreviviente del genocidio orquestado por el Comité de Unión y Progreso de 1915 a 1923. Un genocidio, que recordemos, causó todavía casi 1,2 millones de pérdidas al pueblo armenio. Una verdad histórica que incluso fue reconocida por Turquía al principio, durante los juicios de Constantinopla, antes de que cambiara de opinión con la llegada al poder de Mustafa Kemal. El genocidio ha sido reconocido recientemente en los Estados Unidos, pero también por el Parlamento Europeo el 18 de junio de 1987. Este vergonzoso negacionismo es contrario a nuestra ley francesa.
Estas degradaciones y negaciones no son la única violencia a la que deben enfrentarse los armenios de Francia. Recientemente, una rama ultraviolenta de los Lobos Grises se ha instalado en nuestro país. Esta organización paramilitar fundada en 1968 para promover el pan-turquismo es reconocida por su disgusto con los armenios, kurdos, griegos y homosexuales. Más allá del activismo, es a través de la violencia que el grupo nacionalista se ha ilustrado, en particular con las masacres de Maras o Bahçelievler, o incluso con su ataque al Papa Juan Pablo II en 1981. El 24 de julio, Durante las protestas armenias debido a la redada azerbaiyana del 12 de julio, grupos de jóvenes atacaron a los manifestantes armenios. Que es muy preocupante¡No conocemos el miedo! ¡Somos los soldados de las montañas! ¡Nuestra casa es el cielo! ¡En lugares que te hacen girar la cabeza! No conocemos ningún obstáculo, ¡lo cruzamos! Yo soy el comando turco. Yo soy el comando turco. Yo soy el comando turco ”. Al observar el video publicado en Instagram por la cuenta «1francoturc», notamos que muchos nacionalistas iban armados con cuchillos. Fue necesaria la intervención de la policía para que se detuvieran los abusos.
Un clima de inseguridad para los armenios de Francia, ya presa de estos nacionalistas en las redes sociales, que nunca dejan de agredirlos e insultarlos copiosamente. Las autoridades francesas deben finalmente reaccionar ante este creciente nacionalismo turco en nuestro país. Y, sin embargo, es aún más preocupante en vista de las recientes posiciones tomadas por el presidente Erdogan en Grecia y Libia. No es normal que en nuestro país se critique a los franceses por conflictos en sus países de origen. Esto prueba que estos ciudadanos experimentan el racismo hacia sus compatriotas y no se identifican con nuestra comunidad nacional.