Enrique de Diego.
Recientemente, concediste una entrevista, Jorge Verstrynge, a Voz Populi en la que mentiste sobre tu biografía y dijiste algunas groseras memeces, pero pensé que estás en una edad en la que se te va la cabeza amenazando demencia senil, porque tú nunca has estado claro. Dices que «yo fui fascista, pasé por la derecha moderada y acabé en el marxismo». Mentira cochina, tú fuiste nazi, nacionalsocialista, pasaste por la «nueva derecha» de Alain de Benoist y has terminado en el marxismo, de ideólogo de Podemos, que ya está mal el comunismo hispano. También consideró que ahora eres poco más que el complaciente padre de Lilith Vertrynge, o sea asquerosa casta parasitaria, de ti ha dicho Alfonso Ussía que «lo peor para Pablo Iglesias es tener de suegro a Jorge Verstrynge».
Cené, hace mucho tiempo, una vez contigo, cuando eras secretario general de Alianza Popular, y no he conocido a un hobre con los nervios peor, más desequilibrado y con más necesidad de matar al padre que era Manuel Fraga. Tu descentre ha ido en aumento. Estás como un cencerro. Eres el ejemplo paradigmático de profesor que justifica el cierre de la Facultad de Políticas porque parecéis un zoológico. Dices que ahora eres un «nazbol», un nacional-bolchevique, y que los tales gilipollas «reconocemos a los grandes hombres, que han sido líderes, como Stalin».
Me decido a escribir esta carta tras leer la magnífica crítica de nuestro crítico Fernando Alonso Barahona de la película, de la directora polaca Agnieszka Holland, «Mister Jones», en la que, por fin, se plasma en celuloide el crimen de Stalin -ya se sabe, se pone en su boca la frase matar a un hombre es un homicidio, matar a un millón es una estadística y a Winston Churchill le confesó que había «despachado» a diez millones de campesinos- en Ucrania. aunque fue en toda Rusia. «El Holodomor, también conocido como Genocidio ucraniano u Holocausto ucraniano, es el nombre atribuido a la hambruna que asoló el territorio de la República Socialista Soviética de Ucrania. El trágico nombre de Holodomor significa en ucraniano: “matar de hambre”. explica Fernando, con su maestría habitual.
A ti te ponen, acomplejado, que eso es lo que eres, un acomplejado soplagaitas, los genocidas. Primero Adolf Hitler, después Stalin, que fueron aliados un tiempo mediante el pacto Ribbentrop-Molotov. Eres, en términos intelectuales, un perfecto imbécil. Stalin trató de imitar la gran propiedad Campbell, de Montana, una hacienda que abarcaba más de 30.000 hectáreas y era el mayor productor de granos y decidió organizar los koljoses o granjas colectivas y lo que devino fue lo que el gran estuidoso marxista Leszek Kolakovski denominó «la operación bélica más masiva ejecutada nunca por un Estado contra sus propios ciudadanos». Extendió la hambruna, sitio a ciudades enteras por el hambre. El costo en vidas rusas fue abrumador. La situación era tan desesperada que en 1932 el régimen bolchevique estaba al borde del colapso. Dice Fernando Alonso Barahona que «la crueldad de Stalin, su desprecio a la vida humana, los planes de colectivización y de ingeniería social llevaron a ejecutar un auténtico plan de exterminio: se eliminaba físicamente a los campesinos que se resistían a la colectivización forzosa de sus territorios. A inicios de 1934, el Holodomor finalizó en toda Ucrania, Kazajastán y el norte del Cáucaso. El resultado fue que alrededor 7 millones de personas murieron de inanición, y hasta un total de 40 millones de personas en toda la Unión Soviética se vieron afectadas por la hambruna».
Stalin mantuvo de forma constante hasta el 10% de la población rusa en el archipiélago GULAG, en donde trabajaban en condiciones infrahumanas la población reclusa, con gran mortandad, pues los campos estaban en la estación subártica y ártica, organizó juicios en Moscú, que supervisaba personalmente, para depurar todos los sectores, se condenaba sobre todos a los inocentes. Las tropas alemanas fueron recibidas en su avance como liberadoras, hasta que los rusos comprendieron que afrontaban una guerra de exterminio. Hitler y Stalin, dos socialistas, eran hombres de la esclavitud.
Stalin era un psicópata degenerado, un asesino en serie mayor que Hitler. Y tú estás como una chota, pero en cuanto ideólogo de Podemos, has retratado a esa escoria de partido. No es más que el partido comunista admirando a sus asesinos.
Concluías la entrevista con un «en España hay muchas escopetas de caza. Que se anden con cuidado con los recortes». Ten cuidado, no se escape alguna bala perdida hacia ti, porque no está funcionando el ingreso mínimo vital, ni los ERTES ni nada. Bromas, las justas, descerebrado estalinista.
Por cierto, ¿de qué asesora Lilith a Pablo Iglesias? Es muy joven para asesorar…
Alfonso Ussía: “Lo peor para Pablo Iglesias es tener como suegro a Jorge Verstrynge”