Luis Bru.
Eramos pocos y parió la abuela. El Merlos Place se complica, más si cabe, y ya iguala al camarote de los Hermanos Marx. Aparece un de profesión concursante que ha estado con Alexia Rivas y los dos ex de Marta López y un huevo duro.
Arturo Requejo es el de profesión concusante, Gran Hermano, Supervivientes y Mujeres y Hombres, un pinta, que estaba con Alexia Rivas en febrero y marzo, pero vovía en casa de la cantante Merche, con el que la relación estaba rota. Aquí la gente se va a vivir a la otra casa para no pagar el alquiler y se rompen las relaciones como los jarrones chicos. Arturo Requejo tuvo cinco encuentros con Alexia, donde pasaron a mayores, lo que más le interesaba a la redactora de Socialité no era el periodismo, sino ser famosa, y le decía cuando salían juntos que haber si alguien les pillaba juntos.
Aquí todo el mundo está en la candida adolescencia y aspira a las candilejas, y se conocen y ligan por las redes sociales, así que Arturo la conoció a Alexia cuando ella ponía «me gustas» en Instagram que es una forma muy directa de decir quiero rollo contigo. Cuando Requejo vio la vídeoconferencia de Alfonso Merlos con la aparición estelar en paños menores, semi en pelotas, le dijo, pro whatsapp claro, que le parecía muy fuerte y Alexia, le contestó, para que quedara grabado, que ya son ganas de ser indiscreta, «que no te parezca tan fuerte porque Alfonso Merlos y yo estamos muy bien».
La pobre Marta López pronto ha asumido la infidelidad y se pasa la vida de programa en programa poniendo de chupa de dómine a Alfonso Merlos, pero diciendo que no quiere hacerle daño, así que estuvo en Sábado Deluxe pasando por el polígrafo. Después de 19 años, pasó a ser la protagonista. Que si Alfonso es un figurín pero no lo ve como modelo, que si quiere volver a pesentar un programa, que lo echa de menos, y le ofreció, es un decir, un programa conjunto en una tv autonómica del PP, que aquí el corre, vuela.
Marta López amenazó con que «no le tengo miedo», presumió de que su empresa está en concurso de acreedores, y dibujó un Alfonso Merlos celoso de sus ex, porque la que más y la que menos va para Ava Gardner o para Liz Taylor, y tiene sus ex, más de uno. La gente suele llevarse mal con sus ex, pero no es el caso, Marta es la excepción que confirma la regla. «Tengouna maravillosa relación con los padres de mis hijos». Y Merlos no quería ver ni en pintura a uno en concreto que era un directo ataque a su personalidad narcisista. «No podía soportar que mi ex sea más alto, más rubio, con los ojos más azules. Él sabe que le he querido más que a él, que nuestra historia de amor ha sido maravillosa y que con él no ha sido igual, que me había tatuado su nombre. No podía soportar los celos”.
Y colorín, colorado, este cuento no se ha acabado. Lo dicho: ya iguala al camarote de los Hermanos Marx y un huevo duro.