Enrique de Diego.
La semana pasada informábamos sobre un episodio ocurrido en el Puesto de la Guardia Civil de Galapagar, cuando un vecino acudió para entregar un escrito, dirigido a la Inspección de Personal y Servicios de Seguridad del Ministerio del Interior, relatando lo ocurrido con un teniente de la Guardia Civil el pasado 14 de julio y adjuntaban un vídeo de la actitud reprochable con la que trato a las personas que acudieron a las inmediaciones de la mansión de Pablo Iglesias en Galapagar. Adjuntamos el escrito de la discordia.
Como contamos en este digital, entregó el escrito, con solicitud de investigación, para ser cursado a ese organismo, pero el día después recibió una llamada de ese acuartelamiento y un agente le dijo que no se lo tramitaría como el ciudadano pidió, sino que lo adjuntaría a una queja normal, no aceptando lo que el vecino le demandaba que hiciera en concordancia con su derecho de petición.
Este vecino elevó una queja al DAO de la Guardia Civil y ha recibido una pronta carta del Estado Mayor de la Benemérita donde le comunican que se va a investigar lo reclamado.
Queremos pensar que este tipo de actitudes, inaceptables en el siglo XXI, se van a corregir de forma que no vuelva a darse nunca más lo que parece un claro atropelló a los derechos de los ciudadanos.