Josep Sansano.
Que los afiliados en Vox son solo unos pobres idiotas cuyo valor es única y exclusivamente pagar cuotas con las que su líder pueda (presuntamente) comprarse casas de un millón de euros no es contar nada nuevo, pero si por algo se ha caracterizado la organización en Alicante es por ser pionera en el ninguneo y el insulto a su afiliado, contando esta vez como invitada de honor en sus desmanes con Macarena Olona.
La diputada de Vox, tal y como ha relatado en sus redes, ha pasado unos días en su tierra (pues es Alicantina de nacimiento) y ha aprovechado para reunirse con agentes de la patronal hotelera HOSBEC, con pescadores en Santapola y para rendir un homenaje a las víctimas del terrorismo en la misma localidad. Hasta aquí nada destacable, de no ser porque no se avisó por ningún media a los maltratados afiliados de la formación.
En los actos solo pudieron verse funcionarios de partido mezclados con cargos autonómicos, nacionales y municipales, prescindiendo totalmente de la militancia, o de las bases que sostienen el partido. Una embarazadísisima Ana Vega capitaneó la comidilla de pelotas (sometiéndose ella y al bebe a temperaturas que superan estos días los 35 grados), escoltada por su servil marido Mario Ortolá, por los diputados nacionales Manuel Mestre y Eduardo Ruíz, y por la concejal de Santa Pola Mireia Moya, que con su indecorosa vestimenta (minifalda y prominente escote para lucir sus operadisimas ubres) desentonaba por completo en el homenaje a las víctimas de ETA de su localidad.
La maniobra de dejar aislados a los afiliados para organizar actos, comilonas o fastos con los líderes de la formación a sus espaldas no es nueva y se une a una larga tradición, como los jolgorios de Vega y compañía en compañía de Javier Ortega Smith en los moros y cristianos de Alcoi o las comidas en “petit comité” con Abascal en el exclusivo restaurante el Maigmó, próximo a donde este practica senderismo con su amigote, el diputado provincial y analfabeto profesional David García.
No es de extrañar que una gestora que cuenta con el rechazo absoluto de sus bases, se oculte de estas y trate de garantizar su continuidad mediante la monopolización de los líderes, pero denota una enorme carencia de calidad política por parte de estos, que aceptan el marcaje de la ejecutiva provincial sin el menor rubor ni interés por conocer a quienes realmente componen su partido en la provincia, quienes movilizan el voto de familiares y amigos para que estos parásitos continúen agarrados a la teta del estado y a quienes comparten en redes sociales, como ovejas descerebradas, las ocurrencias que en cada momento tienen quienes no se dignan ni a dirigirles la palabra.
Ana Vega solo se ha reafirmado en su bajísimo carisma político y terror a las bases, pero Macarena Olona, por omisión, ha ingresado en un club del deshonor en el que no la encasillábamos. Conviene que no olvide las palabras que el venerable filósofo chino Lao-Tse dirigió a sus políticos: “para liderar a la gente, camina tras ellos”.