Enrique de Diego.
La cuenta Twitter que podría ser, presuntamente, de la concejala de Cs Pilar García, vuelve a arremeter y a amenazar con acudir a los juzgados otra vez.
Esta vez veladamente amenaza o advierte con demandar a políticos y guardias civiles con demandas por calumnias e injurias, entendiendose que podría estar relacionado con los artículos de este digital sobre su actitud hacia la concejala Raquel Lafuente tras exigir su destitución y no lo que el alcalde contó a sus vecinos en una entrevista mintiendoles, y por su particular trato a los vecinos de la urbanización Los Almendros no respetando la Ley 39/2015 en las resoluciones ni tratando a estos vecinos como al resto con su problema.
La gran pregunta es el porqué amenaza a guardias civiles con denuncias por calumnias e injurias y no explica qué tipo de calumnias o injurias le han proferido esos supuestos guardias civiles, entendiendo que la habrán calumniado ejerciendo como tal, porque de lo contrario se habrá embarrado hasta límites que ni ella misma imagina.
Señora García, por si es usted como muchos pensamos quién está detrás del pseudónimo, ¿Por qué no amenaza o denuncia a este digital en vez de a personas que comparten nuestros artículos en concordancia con sus derechos reconocidos en el artículo 20 de la Constitución? La crítica a un personaje público, y usted lo es, no son calumnias ni injurias, como lo dice la sobrada doctrina judicial en sentencias y mucho menos por compartir artículos de prensa.
Nota de Rambla Libre: El delito de injurias y calumnias está tipificado cuando se imputa delito, lo cual está lejos de la realidad, sea Pilar García la que hace esos comentarios o no. Tenemos el mejor equipo de abogados con lo que, a quien sea, le recomendamos abstenerse de hacer el ridículo. Lo que tiene que hace Pilar García es hacer bien su trabajo y a lo mejor lo elogiamos. Parece mentira que estos comportamientos vengan de Ciudadanos, partido que parecía venir a regenerar la vida pública, y que se ha convierto en una escombrera a punto de desaparecer por el sumidero de la historia.