Enrique de Diego.
Vaya, venga la vida te sonríe, Eduardo Inda, has hecho dos muescas importantes en tu revólver: Pablo Iglesias, el coletas, tumbado en su obsesión contigo, por una amante despechada, Dina Boussealham, y Juan Carlos de Borbón, el chorizo con su máquina de contar billetes en Zarzuela. Le pediste tu oportunidad a Pedro J Ramírez y cuando no te la dio volas por libre dispuesto a abrirte paso a dentelladas, si fuera necesario; has matado al padre, que ni huele una exclusiva, aunque ese no hace falta darle gollete, se suicida sólo.
Pero sigues el mismo lameculos de siempre, Ya te describió el maestro José María García en ocasión memorable: “abrazafarolas, lametreserillos”. Y te llamó jefe de prensa de Florentino Pérez, que al que buen árbol se arrima, buena sombra le cobija o buen perro mea. A ese le lames el culo cada día con pasión. Empezaste de lameculos de Jaume Matas, poniéndole a tu jefe de opinión, Antonio Alemany, a hacerle discursos, con el pequeño inconveniente de que cobraba del presupuesto. Luego le has lamido el culo a Jorge Fernández, que hay que tener ganas incluso vocación, y al comisario Villarejo. Eres un hombre de las cloacas del Estado, que haberlas, haylas, como las meigas.
Eres tuerto. En ti no cabe esperar que desveles ninguna corrupción de la derecha, no de la Comunidad de Madrid, pero, teniendo vacación de lameculos profesional, que el PP te ayudó a montar Ok Diario desde el Ministerio de Industria, pero con Feijóo te has superado, tus lametones han sido homéricos: «Inevitablemente lo primero que hay que hacer en esta noche electoral es felicitar a SuperFeijóo, que consigue su cuarta mayoría absoluta en Galicia igualando, por cierto, el récord histórico de Manuel Fraga». Como lameculos, no tienes decencia. Auuuu, qué viene el lobo, y el lobo era él; ha hecho toda la campaña contra la abstención porque beneficiaba no se saben quién, al pentapartido, y al final la abstención le ha ganado y el lobo era él: 40,2% que lastra su legitimidad de origen y le va hacer imposible el disfrute de su cacicato, porque ya, cada vez más, estamos hartos de aguantar diecisiete cacicatos. Tú no, tú estás a ver qué cae del cacique, pero incluso para el ditirirambo hay que tener cierto pudor y comedimiento para no llegar a ese tan hortera y futbolístico de superFeijoo.
Y prosigues lamiendo las zurraspas y los palominos: «Alberto Núñez Feijóo consigue quebrar ese multipartidismo que ha sido la tónica en casi toda España de un lustro a esta parte. Feijóo nos devuelve con casi el 50% de los votos a esa época dorada de nuestra democracia en la cual el poder se lo repartían de manera bipartita un partido moderado de centro derecha y otro moderado de centro izquierda, que era el Partido Socialista».
Inda radiografía a este nuevo PSOE, el de Pedro Sánchez, que «se echó al monte hace mucho tiempo y nada tiene que ver con ese partido socialista transversal de Felipe González, que llegó a conseguir a nivel nacional ni más ni menos que 202 diputados. Esa radicalidad de Pedro Sánchez, ese pactar con los comunistas de Podemos, con los proetarras de Bildu, con los golpistas catalanes, la ha pagado en las urnas con el sorpasso por parte de BNG en Galicia y con un resultado más que discreto para un partido que gobierna España en el País Vasco».
¿Es esa toda tu capacidad de análisis, tarugo? ¿El sistema se cae a pedazos y tú ves la vuelta a la época dorada de la democracia, cuando, por cierto, tu le lamías el culo ora a Jaume Matas, ora a Pedro J? ¿Lo que tú ves es la vuelta al bipartidismo cuando ya han empezado los primeros temblores? ¡Se necesita ser cegato y romo! El Titanic se ha abierto en dos en la misma Costa da Morte y tú te dedicas a tocar el trombón para SúperFeijoo. Nunca dejarás de ser un lameculos. Aunque tu mundo ha empezado a hundirse.