Luis Bru.
A Federico Jiménez Losantos le patinan las meninges. El 6 de abril de 2020, Losantos se lanzaba a la piscina, de nuevo sin agua, como en la masacre del 11-M. Le dolía que fuera Rambla Libre el medio que se hubiera hecho eco de un romance entre Pablo Iglesias y Lilith Verstrynge, su asesora favorita, «por los datos que tengo, ahí no hay nada«, aseguró Federico Jiménez Losantos, que añadió: «El comunismo hay que combatirlo por sus ideas, no con los bulos. Si lo combates con bulos, te lo desmienten mañana y te quedas pidiéndole perdón a este sacamantecas. Lo que ahora importa es que se están cargando España», dijo rotundo. No concedemos ninguna autoridad moral en combatir el comunismo, sí, y pequeña, como todo en él, en apoyarlo.
En plan abuelo porreta contó una historia extrañísima, de la que nadie tiene noticias ni recuerdos: recordó una situación muy parecida con Felipe González, de quien entonces se dijo que tuvo algo con Merry Martínez-Bordiú. «Como no se sabía qué hacer con Felipe González, que iba a durar eternamente, pues se hacían estas historias y la gente se entretenía. ¿Resultado? Lo desmentían y Felipe salía más fuerte de lo que había entrado».
Abrumada, su colaboradora Beatriz Cortázar osó apuntar que los rumores surgieron porque muchos no entienden que, en una pareja que convive, uno dé positivo y otro negativo por coronavirus. «Se empieza a hablar de que él no vive en casa, que se ha cogido un apartamento del Ministerio… Ahí comienza el runrún hasta llegar a la hija de Vestrynge».
Volviendo al pivot de Orihuela del Tremedal y a su falta de olfato periodístico, el desmentido de Pablo Iglesias efectivamente se produjo y no ha tenido ninguna credibilidad. Losantos sobrevalora a Pablenín, no sabemos porqué, quizás porque es algo más alto. Ayer tanto Ok Diario lo daba a entender y Periodista Digital iba mucho más allá, en relación con la favorita de Palo, Lilith. Entremezclado con el caso Dina Bousselham, donde no hay robo de móvil, sino despecho de amante, y Mar Flor, la abogada, que la jodienda no tiene enmienda, con el fiscal Ignacio Stampa, toda esta historia de amistades peligrosas resulta que, según todos los observadores, le está haciendo un daño tremendo a Podemos, la marca del comunismo bolivariano de tres al cuarto. ¿Por qué no se calla Federico, se aparta y deja actuar a los profesionales? A él, está claro, le patinan las meninges.