AYÚDANOS A COMBATIR LA CENSURA: Clicka aquí para seguirnos en X (antes Twitter)

FIRMA AHORA: El manifiesto contra el genocidio de los niños


Eduardo Inda gana por goleada ante un marrullero Pablo Iglesias que se resiste a admitir la derrota

Redacción




Enrique de Diego.

Gloriosa y épica goleada de Eduardo Inda, que ha demostrado ser un periodista como la copa de un pino, frente al marrullero Pablo Iglesias, que, como era de esperar, se resiste a admitir la derrota. Muchos se preguntan como un personaje así, tan chabacano y ordinario ha podido jugar en las ligas mayores, cuando ha quedado como un tercera división.

Pablo Iglesias salió paranoico al campo contra su peor enemigo, Eduardo Inda, todo por un ataque de cuernos de una amante despechada, a la que hizo promesas de matrimoniar. Salió en tropel, a resolver rápido, en un ataque desorganizado, sin más armas que el haberse encontrado una copia del móvil en casa del comisario Villarejo, a quien se la pasó Alberto Pozas, director de Interviú y hombre de confianza de Pedro Sánchez que le nombró ni más ni menos que vicedirector de comunicación de Moncloa.

El macho alfa Pablo Iglesias.

El bocachanclas y piltrafilla Pablo Iglesias vio ahí la suya, e hilvanándolo con la publicación en Ok Diario de algunas frases entresacadas mostrando la fijación con Mariló Montero, «la azotaría hacerla sangrar», y planteó una estrategia decididamente al ataque. Armas de mujer y armas de barriobajero. Contaba para tumbar a Eduardo Inda con el coño de la abogada Mar Flor, que no es el coño de la Bernarda pero se le parece mucho, y en algunos momentos lo supera, a tenor de los efectos en el fiscal Ignacio Stampa, que ha resultado ser un colgado. Polvo va y polvo viene con Ironman, Iglesias, de manera tan obscena y tan ruin, confiaba en gana venta en los primeros compases del partido.

NO TE LO PIERDAS:   Galapagar: Los vecinos no quieren a Pablo Iglesias, "coletas vuelve a Vallecas"

Recurrió al juego sucísimo, con al ayuda de Stampa, otro macarra, pillado por los genitales, y se presentó como perjudicado, ordenó el registró de la redacción de Ok diario, para qué, macarrísimos Stampa, vergüenza de la fiscalía, e Iglesias, degenerado miembro de la casta putrefacta. En todo este tiempo de partido, Eduardo Inda ha dominado el centro del campo, ha mantenido una sólida defensa y el carcerbero ha mantenido la posición. Pase al primer toque, sin preciosísmos, a veces daba la impresión de echar balones fuera, pero sabía que luchaba contra un tigre de papel mojado y esperaba su momento.

El juego a la ofensiva de Pablo Iglesias era desorganizado, para contentar a una parroquia muy hooligan y muy descerebrada. Eduardo Inda lo marcaba bien. De repente, Inda hilvana una jugada bien trabada, al contraataque y marca un gol por toda la escuadra. Pablo Iglesias entra en paroxismo. Afirma que se quedó con el pendrive para quitar presión a Dina Boussealham, entrando de lleno en la violencia de género. Desde ese momento encaja uno tras otro los goles Pablo Iglesias, varios en propia puerta, en pleno desfonde de moral del equipo. Sale de perjudicado camino de la imputación. Es clamoroso su doble juego marrullero, su simulación de delito, su denuncia falsa, su todo vale. El árbitro Manuel García-Castellón tiene que analizar ahora si Pablo Iglesias incurrió en daños informáticos y apoderamiento de datos reservados. Vox recurre a la Fiscalía, terreno parcial, donde el delincuente Pablo Iglesias se sabe protegido.

El resultado es que Eduardo Inda marca gol tras gol -si fuera un combate de boxeo, sería una paliza monumental, mandando a la lona a su rival-, con un juego preciosista, medido, con un periodismo como no veía hace tiempo por estos lares, mientras su adversario -no tiene entidad como enemigo, le ha dejado con un pigmeo- se desvanece en un torrente de meteduras de pata, de faltas de educación, de patadas al aire. Incluso su parroquia la toma con el comentarista Vicente Vallés. ¡Dios mío qué bajo ha caído la vicepresidencia de España! ¡Este tipejo -le cuadra a Pablo Iglesias- es una piltrafa! El público aplaude a rabiar al ganador, Eduardo Inda, que le ha metido una goleada histórica. Chapeau.