Enrique de Diego
Clase media es concepto económico o economicista. El consenso académico lo sitúa en la horquilla de ingresos de entre 20.000 y 60.000 euros; se trata, en ese orden, de asalariados.
En mi libro El manifiesto de las clases medias he planteado el concepto en plural con un sentido filosófico y ético, aspiracional, como aquellas personas que aspiran a vivir de su trabajo, a su costa y no a costa de los demás. Las clases medias aspiran siempre a la autonomía, a la autosuficiencia, a no depender del Estado –aunque de ellas formen parte funcionarios, especialmente de los ámbitos esenciales como el Ejército, los cuerpos de seguridad, la Justicia…-. Hay una mentalidad de las clases medias, una ética que es la del trabajo y sus valores adyacentes, de modo que las clases medias aborrecen de la cultura de la subvención y también de los sistemas fiscales confiscatorios.
El ahorro y la inversión son pulsiones naturales en las clases medias, que buscan la seguridad del futuro para sus familias y que por ello se muestran habitualmente contrarias a los cambios bruscos. Las clases medias son la columna vertebral de la sociedad, pues en torno a ellas fluye el consumo y la riqueza. Fueron las clases medias las que propiciaron el nacimiento de los seguros en gran escala y las que han permitido la generalización de nuevos inventos como los electrodomésticos
No son conservadoras en sentido estricto, aunque son proclives a sumarse a mensajes de estabilidad, puesto que son partidarias de la movilidad social y respetuosas del mérito. Y esos valores, que incluyen el espíritu de sacrificio, la constancia, la laboriosidad, los inculcan en su prole, a la que animan a tener una mejor posición social, a ser más que sus padres.
A las clases medias no les gusta que el Estado y burócratas ineficientes intervengan en demasía en sus vidas, con asfixiantes regulaciones; ni que les pretendan dar todo hecho desde el poder político coartando su libertad y el libre desarrollo de sus capacidades.
El problema es que las clases medias en España se están reduciendo sometidas a un inmisericorde expolio que pone en peligro su supervivencia.