Enrique de Diego.
Pablo Casado es un error, sobrevenido del error Cayetana Álvarez de Toledo, teledirigidos por José María Aznar. Va sumando torpezas hasta el desastre final. No ha dado ni una en el pacto con un Ciudadanos que está para que certifique su óbito, y lo ha aprovechado para fulminar a Alfredo Alonso de la peor manera, con autoritarismo y desprecio a todo el PP vasco. Tiene nueve diputados autonómicos pero pocos ponen la mano en el fuego por conseguir esa cifra. El problema es que la dirección del PP no da la talla, hace movimientos espasmódicos por el escenario, mientras Pablo Casado se viene abajo por momentos.
Pablo Casado no sabe dónde se ha metido al pactar con Ciudadanos. Ha sido acordar, dándole dos puestos de salida, y hacer la mamarrachada del sistema telemático, que contra Fran Hervías, y que se achaca a un fallo humano de la empresa proveedora. Tras los fiascos de Castilla y León y Murcia, está auténtica chapuza.
La verdad es que Ciudadanos sin Albert Rivera ha dejado de tener sentido, y con él tampoco. Son cuatro amigos de Barcelona que aprovecharon el vacío dejado por Aleix Vidal-Quadras para montárselo y correrse una juerga política. Si en algún sitio no tiene sentido el pacto es en Vascongadas, donde el PP vive más mal que bien de los tiempos heroicos, y Ciudadanos cae muy mal, Rosa Díez fue consejera del gobierno vasco y ejerció de nacionalista. El PP sacará menos votos y escaños con Ciudadanos que por separado. Ciudadanos allí es un lastre y no gusta nadie. Prueba de ello es que en las últimas elecciones forales y municipales sacaron 11.000 votos.
Ciudadanos es una escombrera y un erial, con Albert Rivera, si hubiera aceptado con los pactos, si hubiera votado gratis a Pedro Sánchez, parecía algo, sin él lo que queda desnudo es el aparato y éste da grima. El sistema telemático tiene más fallos, y más interesados, que una escopeta de feria. Luego está la financiación, con cuentas en las que están José Manuel Villegas y Carlos Cuadrado, en las que todos los grupos de concejales, diputados provinciales y diputados autonómicos tienen que ingresar el total y luego reciben el 7o%, en una presunta malversación de fondos que Ciudadanos reviste con un contrato civil de asesoramiento y servicios que cuela mientras se quiere que cuele y no haya un juez o un fiscal que pida las facturas que justifiquen el gasto. El problema es que no se puede ir José Manuel Villegas ni Carlos Cuadrado porque se arma un carajal de padre y muy señor mío.