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Ciudadanos se suma al Gobierno en la eutanasia, mientras el PP afirma que «busca recortar gastos sanitarios» y Vox dice que «es matar»

Redacción




Redacción.

Se sabe como empieza pero no acaba. Primero son los casos extremos con el consentimiento del paciente, después basta el acuerdo de los familiares, luego interviene sólo el médico en función de matarife. Primero, son enfermedades terminales, como Alzheimer o Parkinson, luego depresión o cansancio hacia la vida, luego simplemente la vejez. El Congreso dios luz verde a que se empiece a tramitar la Ley de Eutanasia, con los votos a favor de Ciudadanos.

Por tercera vez, el Congreso admitió a trámite parlamentario la Ley de Eutanasia para convertirla en «un nuevo derecho individual», como defiende el PSOE. Con cariz de ser la vez definitiva. «A la tercera, va la vencida», expresó ayer la exministra de Sanidad, María Luisa Carcedo.

La toma en consideración del texto ya se aprobó en 2018 y 2019, pero se truncó su tramitación debido al adelanto electoral y a la inestabilidad parlamentaria. El ministro de Sanidad, Salvador Illa, consideró que en esta ocasión la ley podría estar aprobada en junio. «Vamos a hacer todos los esfuerzos para que se haga con todas las garantías, pero con la mayor brevedad posible», explicó Illa, al término del debate, en rueda de prensa en el Congreso. El ministro evitó las críticas del PP:«Hablan por sí solas», dijo lacónico. El texto contó con el apoyo de Unidas Podemos (UP), ERC, PNV, JpCat, Cs, Bildu, Más País, Compromís, CUP, Coalición Canaria, Nueva Canarias, PRC, BNG y Teruel Existe. Votaron en contra el PP, Vox y UPN. Fueron 201 «síes» frente a 140 «noes» y dos abstenciones. Curiosamente, la popular Teresa Jiménez Becerril votó a favor, aunque fue producto de un error y pedirá que se rectifique su voto.

La exministra socialista de Sanidad María Luisa Carcedo fue la encargada de defender, emocionada, sobre todo cuando leyó tres testimonios de familias y enfermos, la regulación de la eutanasia. Carcedo quiso dedicar unas palabras a Ángel Hernández, presente en el Hemiciclo, que el año pasado ayudó a morir a su mujer enferma de esclerosis múltiple después de que esta se lo pidiese. Carcedo defendió que la norma supone «un nuevo derecho» y que, en ningún término, se trata de una «obligación». Además, la exministra Carcedo apeló al PP, que por la mañana, antes de la Junta de Portavoces, ya había fijado su posición en contra: «Permitan que un nuevo derecho aflore en España, quien quiera que lo use y quien no quiera que no, pero no impidamos que no se pueda ejercer».

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El diputado del PP, José Ignacio Echániz, subió entonces a la tribuna y acusó al PSOE de sortear el debate de los órganos consultivos del Estado al presentar una proposición de ley. «Mientras que un proyecto de ley precisa de estar precedido por estudios y consultas necesarias para garantizar la legalidad de la norma, la proposición de ley no lo hace», explicó. «Pretenden meternos a hurtadillas por la puerta de atrás una norma grave», añadió, arropado por aplausos de su partido y de los diputados de Vox.

Echániz ser sirvió además de su intervención para recordar que el PP ha presentando en la Cámara baja una propuesta de ley «alternativa» referida a los cuidados paliativos. «Entre el dolor y la eutanasia están los cuidados paliativos», defendió ante el PSOE. Declaraciones que irritaron a Carcedo y a los grupos de la izquierda: «En los cuidados paliativos hay una muerte inminente y en la eutanasia no, no mezclemos churras con merinas», le devolvió la ex ministra socialista.

Minutos más tarde, la diputada de Vox, Lourdes Méndez-Monasterio, refrendó la propuesta del PP y atacó al PSOE: «La eutanasia es matar, ustedes aspiran a moralizar esa conducta y convertir al Estado en una máquina de matar y a los médicos en sus cómplices y verdugos». A estas alturas del debate, el PP ya había acusado al PSOE de impulsar la ley para ahorrar gasto sanitario en materia de ayudas sociales y pensiones. Al igual que defendieron por la mañana. «Son recortes sociales en toda regla, con la excusa, eso sí, del derecho a morir», reiteró Echániz, con dureza, momento en el que los grupos de la izquierda se encendieron en amonestaciones. Luego, la diputada de Vox Méndez-Monaserio se expresó en términos similares: «Deciden que los enfermos crónicos deben ser eliminados porque son un peso económico. Utilizan casos extremos para regular el derecho a matar».

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«Falta de escrúpulos»

Ciudadanos decidió romper el bloque ideológico de la derecha y votó a favor de tramitar la ley. La diputada naranja Sara Giménez subió a la tribuna «tristemente sorprendida» por las declaraciones del portavoz del PP en el debate. «Les pediría respeto y rectificación , porque banalizar con una materia tan relevante me parece realmente preocupante». Esta semana Cs registró en la Cámara otra proposición de ley para defender los «derechos y garantías de la digninidad de la persona ante el proceso final de la vida». Por su parte, el portavoz del UP en el Congreso, Pablo Echenique, denunció la «falta de escrúpulos» y «las cosas repugnantes» escuchadas durante el Pleno. Y su otrora compañero, el líder de Más País, Íñigo Errejón, abordó las palabras del PP de «inmensa bajeza moral. Además, Errejón exhortó al PP a disculparse: «Sus declaraciones son profundamente insultantes para los enfermos y para sus familiares».