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La imagen de Toni Cantó se difumina confundida con el zaplanismo

Redacción




Josep Sansano.

Toni Cantó va camino de convertirse en un fiasco, en más de lo mismo de lo peor de la política valenciana: el zaplanismo. El del centro, y no derivando la formación naranja hacia la ultraderecha y la corrupción de Eduardo Zaplana y José Joaquín Ripoll, que es mala presentación en Alicante.

Sin embargo, para sorpresa de propios y extraños, y en un desconcierto monumental, Toni Cantó está apareciendo en Alicante de la mano del diputado regional, Emigdio Tormo, el clon de Zaplana, el chico de los recados de José Joaquín Ripoll, al que éste creó un churinguito con la Agencia Alicantina de la Energía, el hombre que asistió en primera fila en la última conferencia en Valencia de Eduardo Zaplana semanas antes de ser detenido y encarcelado.

No se puede imaginar peor tarjeta de visita en Alicante, y más aún en Elche, donde sienta sus reales el altivo Emigdio Tormo, y donde ha cosechado uno de los peores resultados electorales en las elecciones municipales poniendo de cabeza de lista a un desconocido socialmente Emilio García Ontiveros, descabalgando a la concejala Eva Crisol, que gozaba de gran aceptación en la ciudad, y oponiéndose a la inclusión en la lista de Miguel Picher, un hombre de amplias relaciones sociales en Elche y conveniente preparación.