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Una «marranada» de Pedro J ha sido el detonante del veto de Federico Jiménez Losantos

Redacción




Luis Bru.

Pedro J Ramírez ya no sale, desde hace dos meses, en el programa de Es Radio de Federico Jiménez Losantos. La versión oficial de Es Radio es que trata «de política de la empresa», y la de Pedro J que acude a donde le invitan. Se ha especulada mucho sobre los motivos de esta ausencia tan significativa, que rompe veinticinco años de colaboración, que si Pedro J ha adoptado una posición beligerante contra Vox, perdiendo los papeles, que si es demasiado lacayo del PSOE, toda vez que ha llevado a Ciudadanos al fracaso, que es demasiado progre para que le soporte Federico…

Sin embargo, Rambla Libre ha tenido acceso a fuentes que señalan que el detonante de la plena ruptura ha sido una historia humana y trágica, que muestra la bajeza moral de Pedro J. El 16 de diciembre de 2o19 El Español publicó una noticia titulada: «El periodista David Gistau, operado de una lesión cerebral tras desmayarse en un centro de boxeo».

Y seguía la noticia: «David Gistau (Madrid, 1970), uno de los columnistas estrella de la prensa actual, lleva desde el pasado 29 de noviembre en un estado de inconsciencia e ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Clínico de Madrid, según ha podido saber EL ESPAÑOL. El periodista del diario El Mundo estaba haciendo ejercicio cuando se desplomó en un centro de boxeo de Madrid».

La cuestión es que numerosos amigos, que coincidieron con el en El Mundo, le pidieron que no hicieran pública la historia. Entre medias, había un tratamiento con medicinas muy caras -las cifras son de vértigo- y convenía ser discretos por el seguro médico. Los amigos le rogaron que no publicara nada, pero Pedro J sin encomendarse a Dios ni al diablo dio la noticia. «Fue una marranada, por no decir algo peor», señala uno de esos amigos que le suplicraron silencio. «Federico digo hasta aquí hemos llegado. Se cabreó lo que no está en los escritos con Pedro J y le fulminó de su programa», añade. «Aunque fue la gota que colmó el vaso, arrastraban otros temas».