Luis Bru.
¿Qué sentido tiene un programa de humor progresista cuando hay un Gobierno progresista? No queda espacio para la crítica. Todo es mentira ha perdido todo su interés. Los chistes fáciles no saben hacia quién dirigirlos. La nave del troleo funciona a medio gas y hasta Federico Jiménez Losantos empieza a resultar gracioso cuando se mete con Irene Montero. Los temas se van crudos. Avezados cómicos enmudecen cuando se trata de meterse con el nuevo Gobierno en cuestiones que afectan a lo políticamente correcto. ¿Todos los programas van a ser como el de ayer? El único espacio para sobrevivir es ser la oposición de la oposición. Pero eso no tiene gracia.
El programa de ayer lo presentó Marta Flich con poco salero. Se la notaba desconcertada ante los nuevos aires gubernamentales. Trataron un tema que daba juego como la dimisión en 48 horas de la secretaría de Estado de Diversidad Racial, Alba González por el hecho de ser blanca, y el nombramiento para el mismo cargo de Rita Bosajo, por ser negra. Cristina Fallarás todo lo ve bien, está para el retiro, Salió el palabro de personas «racializadas». Es un nueva beatería anglosajona y un nuevo lenguaje, que ya resulta tedioso, también copiado del inglés, literal. Son problemas inventados y palabros copiados. No fueron capaces de traducir el engendro. Mira que era fácil decir que para qué se nombra a una señora que dimite al poco, y que es una torpeza de la ministra, luego los guionistas escancian gotas de humor, pero Todo es mentira es un programa para beatos y para milenials medio tontos. Sólo faltaba que dijeran empoderar y poner en valor para que resultará ya insufrible.
Luego salió a colación el nombramiento de Beatriz Gimeno como directora del Instituto de la Mujer con sus opiniones contra la heterosexualidad, la maternidad y las relaciones sexuales hetero como forma de dominación. Esperpéntico. Parece una crítica directa a la menestra, que no ministra, por la empanada mental con la que llega. A Cristina Fallarás no la importa un pito, ¡qué chabacana es y eso que ayer se había lavado el pelo! Se mostró admiradora de Beatriz Gimeno, paladín del feminismo lésbico, «una de las más reputadas internacionalmente autoridades en materia de sexualidad». Pues por sus tuits, no se come un colín, ya que lo odia. El programa se animó un poco cuando César Calderón la llamó «puritana» o «neopuritana». Fallarás no es capaz de comprender la enjundia del concepto. A mi no me llamas puritana…César Calderón acertó cuando dijo que esa Beatriz «no va a meterse en mi dormitorio». A cobrar que son dos días.
Luego utilizaron a Javier Maroto a propósito de Borja Samper, erigido en mártir de no sé qué, valiente soplagaitas, para meterse con Juan Ernesto Pflüger, que no lo conoce nadie y menos nadie Maroto, vecino del pueblo segoviano de Sotosalbos, que sale citado en el Libro del Buen Amor, del Arcipreste de Hita; aunque por Sotosalbos a Maroto no se le ha visto el pelo. Pflüger es jefe de prensa, al dictado, de Vox. Luego arremetieron con maldita la gracia contra la decisión de Santiago Abascal de no ir a la Gala de los Goya. Esta pobre gente de Todo es mentira van a conseguir llenar las urnas de votos a Vox, a fuer de sacarles con declaraciones de sentido común. El cine español es rematadamente malo, con complejo de culpa en la historia y nos cuesta muy caro porque está ultrasubvencionado. La inmensa mayoría opina lo mismo no yendo a verlo. Gesto de dignidad de Abascal, como el de Cayetana Alvarez de Toledo no haciendo declaraciones ante las preguntas estúpidas de la redactora, más despistada que otra cosa. So tonta.
Ni pizca de gracia. Las sonrisas sonaban enlatadas o marcadas por el realizador. Este redactor pide comprensión pues tuvo que visionar un auténtico suplicio de banalidades timoratas. El mejor humorista fue Losantos. Lago y Castelo, alicortos. No saben si elogiar las tonterías de Podemos, aunque la intelectual Fallarás, el nivel está bajo como cuando vuela el grajo hace un frío del carajo, está encantada de haberse conocido y sueñe con que el gobierno progresista va a enfrentarse al Poder Judicial, a la Iglesia y al franquismo sociológico. Mucho arroz para tan poco pollo. Qué asco, qué tedio, Todo es mentira se hundió en las cloacas del humor. Y ¿así van a aguantar la legislatura? Más les valdría irse buscando otro trabajo. Un espectador menos.