Luis Bru.
Todo es mentira es un programa de Cuatro que pretende ser objetivo, y dice buscar la verdad y combatir las fake news, pero que son más falsos que un Judas de plástico, porque resulta que para Risto y sus colaboradores la verdad siempre es de izquierdas. El sistema uiliza tres estratagias para desacreditar a sus críticos: a) el silencio; b) la ridiculización; c) la criminalización. Todo es mentira, a mayor gloria de Risto Mejide, se mueve en el segundo escalón, con incursiones inquisitoriales en el tercero.
Las declaraciones fundacionales de Risto Mejide: “Siempre se ha dicho que una verdad es una mentira repetida mil veces. Hoy el cuento ha cambiado: una verdad es una mentira retuiteada una sola vez por la persona adecuada y no hay polígrafo capaz de detectar todas las que nos ‘comemos’ cada día. Este programa nace con un doble objetivo: entretener a los espectadores y demostrar que cuando todo el mundo tiene su propia verdad, es porque todo es mentira”. Filosofía barata, engañifa de baratillo, manipulación grosera.
Han participado en el linchamiento inquisitorial de Alfonso Ussia y Cristina Seguí por poner los audios en los que la chica de los tres de la Arandina afirmaba, con descaro, estar dispuestas a inventarse lo que allí sucedió, Han hecho causa común con Cristina Fallarás, quien desde Todo es mentira les acusó «de defender la pederastía y la violación» y de ser «cómplices». La inquisición feminista travestida de verdulera. Incluso llevó a un desconocido Antonio Calvo, abogado de la Asociación Clara Campoamor. un entramado progre, para ensañarse con Alfonso Ussía y Cristina Seguí, pero le salió abracadabrante la conexión. La desgreñada y macarra Fallarás, «mucha movida, mucha droga, mucho porno», que dijo, también en Todo es mentira, que a los 16 años ya era muy radical, partidaria del movimiento okupa. ¡Vaya engendro, para dar lecciones de moral y de legalidad! Para dejar claro que son la nueva inquisición, por último Unidas Podemos lleva a Fiscalía a Cristina Seguí y Alfonso Ussía. Esto es un sistema y Risto y sus mariachis busca que acaben los jueces con los disidentes, con buen rollito. Ellos apuntan y esperan que los jueces disparen.
Poca creatividad, chistes gastados a la tercera repetición, y son muchas, aburrimiento por los mismos temas, el mismo estilo, Todo es mentira va de cómicos pero son la voz de su amo. Se ve que no saben qué hacerse con Vox, con la princesa Leila Monasterio, están obsesionados con Vox, total que se han inventado una vieja y manida sección, «El parte», para que Antonio Castelo, el menos malo, haga el ridículo imitando a Vox y mediante la repetición identificar a ese partido con el franquismo. ¡Qué inteligencia más consabida! ¡Qué raudal de imaginación!
A los de derechas los utilizan para que sean pasto de encerronas: Jaime González, con Ok Diario, Juan Carlos Girauta, con Arcadi Espada. Casi todos los tertulianos son de izquierdas (incluso Montse Suárez, que «se la pela», e hizo una huída vergonzosa y vergonzante de Manos Limpias, después de haber pedido, por actova y por pasiva, que la encargaran del caso Nòos, en vez de Virginia López Negrete), todos los cómicos son de izquierdas. Elsa Ruiz, de un solo registro, y Marta Flich, que no sabe de nada, y adula al poder, como demostró en su entrevista al diputado de Esquerra Republicana de Cataluña, Antonio Castelo, que ya cansa con lo de las interrupciones fingidas, y el propio Risto Mejide, que actúa como un guru, jefe de una pequeña secta.
Porque lo de «Fake diario», por Ok Diario, y Eduardo Inda estaría bien si formara parte de una sección donde salieran digitales de izquierdas con sus mentiras, como las denuncias falsas en violencia de género, que ya está bien en citar al Consejo General del Poder Judicial, que solo contabilizó las que fueron condenadas en las Audiencias, pero no las que se sobreen provisionalmente, impediendo así que se persigan, que esas son más de 1,6 millones. La última cazada a Ok Diario fue gloriosa: Podemos pone a Santiago Abascal como modelo de sus prendas republicanas, y luego resulta que es un meme, dejando clara la obsesión -mutua- de Inda contra Podemos. Pero da toda la impresión, casi la certeza, que en Todo es mentira están obsesionados con Eduardo Inda y Alfonso Rojo, editor de Periodista Digital, porque está al frente de dos digitales exitosos y sumamente combativos de la derecha, y eso es lo que molesta a los cómicos y a sus amos. En Todo es mentira de verdad todo es mentira desde la a la z, desde el principio al final.