Fernando Alonso Barahona. Crítico de cine.
No lo llamaron para hacer de Tarantino ni mucho menos de Scorsese, sobre todo porque su público es hijo del que tenía el primero y nieto de los aficionados al segundo. Por eso su película es necesariamente infantil y su piscina no puede ser profunda, aunque luego la disfruten hasta los niños viejos que ya vivieron el estreno fundacional de 1977. Abrams juega para ganar
FEDERICO MARIN BELLON
La saga StarWars, aunque se haya extendido a través de nueve títulos desde 1977 hasta hoy, pertenece a los años setenta La trilogía fundadora, hoy conocida como episodios IV, V y VI (1977-1983), no puede entenderse si se desgaja del contexto del cine americano de esa década. Un cierto renacer de Hollywood de la mano de George Lucas, Steven Spielberg , Francis Coppola, Martin Scorsese , John Milius o con el inicio de la serie Rocky de Sylvester Stallone .
Por ello tampoco podrían entenderse las dos siguientes trilogías (episodios I, II y III, 1999-2005) y secuelas (episodios VII, VIII y IX, 2015-2019). Epocas diferentes con más efectos especiales y con la influencia penúltima de videojuegos o playstation.
En este escenario, el lector sorprendido comprobará con curiosidad la polémica encendida que la ultima entrega de StarWars ha ocasionado. Hay analistas que se arroban con cualquier película oriental o “ indie “, aunque a veces resulten soporíferas o desagradables, y despotrican contra el cine de gran espectáculo, llameseRambo ( muy notable por cierto la última de la saga estrenada en 2019 ), Spiderman, Los vengadores, La guerra de las Galaxias o Erase una vez en Hollywood, de Tarantino.
Hay críticos que atacan el guión como si les fuera la vida en ello y otros tratan de explicarle a J. J. Abrams lo que debería haber hecho para cerrar el círculo. Claro que ninguno de ellos acierta a comprender la magia de una sala de cine repleta y de muchos niños y adolescentes aplaudiendo a rabiar cuando la música aparece y da paso a los héroes de la historia. Eso es mitología y se refiere a sentimientos y sensaciones. No todo es racional por fortuna en el arte.
Aunque se le haya colgado el sambenito de mayor representante del cine comercial actual (casi tomando el testigo de Michael Bay), J.J. Abrams ha cumplido a la perfección lo que le ha pedido la productora Disney. Ha construido una película que solo quiere contentar a los fans tal vez, pero es que esos fans son millones en todo el mundo y son los que esperan la película, consumen su merchandising, arrasan en youtube e incendian las redes sociales con sus comentarios.
Sin duda J.J. Abrams es un discípulo aplicado de George Lucas y disfruta con las grandes escenas de batalla y brillantes enfrentamientos espaciales. Lo hace además, con suma habilidad: la cámara sigue a las naves en sus recorridos aéreos con devoción y cuando la nueva flota de naves a la que se enfrentará la rebelión hacen su tenebrosa entrada la pantalla adquiere – como ha escrito un crítico de redes y blogs – en un espectáculo de lóbrega belleza.
Abundan es cierto los guiños de toda la saga y de sus personajes, incluso hay un “ cameo “ de Harrison Ford como Hans Solo regresando como espíritu. En ocasiones el ritmo sufre con esta avalancha pero el fan lo agradece. Vemos aparecer a LandoCalrissian y a la flota de naves rebeldes, y a los robots; son momentos casi siempre entrañables aunque nos aparten de la línea argumental central. Es verdad que el guión tiene agujeros o mejor dicho licencias argumentales, sobre todo a la hora de explicar la muerte y resurrección aparente de algunos personajes. Pero enseguida el encanto vuelve a aparecer y se pueden perdonar sin mayor problema . La película ni aspira ni precisa el Oscar al mejor guión original del año.
El ascenso de Skywalker se beneficia de unas muy buenas interpretaciones de Daisy Ridley y Adam Driver, con carisma y una brillantez que traspasa la pantalla y convence al espectador. A lo que se une la fabulosa banda sonora del octogenario John Williams. Todo ello convierte a la película en el gran espectáculo que esperan y desean los que se acercan a las salas de cine para contemplarla, vivirla o emocionarse con sus aventuras .
Lo mejor es sin duda el viaje emocional de KyloRen, gracias en su mayor parte a la labor interpretativa de Adam Driver. Se echa de menos mayor poesía en los momentos emotivos en los que aparece la mítica y ya fallecida Carrie Fisher ( PrincesaLeia ) o el protagonista de las primeras entregas, Mark Hamill (LukeSkywalker ). Pero todo ello se olvida con la acción del desenlace y la belleza del plano y la frase final que explica el título y que no revelaremos para no caer en “ spoiler“.
El éxito mundial se ha vuelto a repetir y las cifras finales ya nos dirán su exacta magnitud. Las tres trilogías de StarWars se han cerrado aunque nadie podría asegurar que no puedan regresar en el futuro.
El ascenso de SkyWalker es una gozada para los “ fans “ de la serie, tal vez no sea la mejor y no pretende ser una obra maestra. Pero si se contempla con los ojos de la inocencia se disfrutará de su aventura, del poder de la fuerza y del mensaje positivo que atesoran. Lo que no es poco para los tiempos que corren.
Sin duda una de las películas para estas Navidades.