Redacción.
Gran Hermano se ha vendido como un experimento o experiencia sociológica. En la 28ª edición se produjo un hecho demasiado frecuente en la sociedad: una presunta violación o un presunto abuso sexual. No hay ninguna duda de ello: la víctima dijo no. Fuera de ahí, todas son zonas oscuras: ¿por qué hemos tardado dos años en conocerlo? ¿por qué lleva la Justicia dos años para dirimir el caso? ¿por qué no saltaron todas las alarmas en Zeppelin-Mediaset cuando se produjo la presunta agresión y en los cinco minutos no apareción nadie de seguridad? ¿no es consecuencia de la banalización con la que actúa el programa el ponerle a la víctima el dramático suceso, produciendo un dolor añadido? ¿qué significa la preservación de la privacidad del presunto agresor?
Carlota se enteró del presunto abuso sexual al ver la grabación que los responsables del programa le mostraron sin previo aviso, y que ella misma pidió retirar entre sollozos: «¿Puedes pararlos, ya, por favor?».
Se trata de un vídeo de José María y Carlota en una cama de Gran Hermano presentadas al juzgado y que así describe la jueza en su auto: «Ella le comunicó, sin apenas fuerza, la frase ‘no puedo'».
Según el auto de la jueza, al que ha tenido acceso en exlusiva laSexta, la joven habría mostrado su rechazo en más ocasiones. «Carlota le dijo ‘quita’ y se dio la vuelta», apunta la magistrada que asegura que también lo verbalizó con gestos: «Sacó una mano, posicionándola en vertical y recta hacia José María, en la que pudo manifestarle que parase su acción».
Son unos hechos corroborados ante la jueza por un responsable del programa de Telecinco. Así se desprende de la declaración de un ‘súper’ en sede judicial: «Ella le dijo en dos ocasiones que no quería nada. Eso lo escuché en el vídeo. Le dijo así con la mano que no quería».
Sin embargo, tal y como señala laSexta, los hechos, expuestos en el auto con carácter indiciario, mostrarían cómo José María no paró: «José María tapó la cara a Carlota con el edredón diciéndole ‘tápate’, reiterando los mismos desplazamientos que aparentemente pudieran consistir en penetraciones. Tales actos, en total, permanecieron durante cinco minutos».
La declaración de la supervisora
La terrible escena se alargó hasta que intervino por megafonía la supervisora del programa aquella noche. Ante la jueza declaró que solo actuó tras pedir consejo a una compañera:
- Abogado: «¿En algún momento se le representó la posibilidad de que se estuviera cometiendo un delito?».
- ‘Súper’: «Sí».
- Abogado: «¿Qué hizo usted?».
- ‘Súper’: «Lo que podía hacer. Irrumpir por la megafonía y tratar de ver si Carlota estaba consciente o no».
No entró personal de seguridad
Por otra parte, según declaró esta trabajadora en sede judicial, a la habitación donde se produjeron los hechos no entró personal de seguridad para interrumpir la presunta violación. Algo que desde la productora defienden ‘al no ver lo que pasaba debajo del edredón’.