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Dieter Brandau, el pelota parodia de Losantos

Redacción




Luis Bru.

«Un día me llamó un tal Javier Rubio al que había llegado mi currículum y me preguntó si conocía a Federico Jiménez Losantos, Luis Herrero, César Vidal… y me propuso lanzarme a esto de internet», así comenzaba Dieter a trabajar el 1 de marzo, siete días antes del lanzamiento. De esta forma llegaba el gran pelota de Losantos, su parodia. Fue un erro bienintencionado de Javier Rubio. Dieter Brandau no ha dado nunca una noticia. Solo utiliza teletipos a los que titula ad mentem Losantos.

“No es fácil trabajar en Libertad Digital”. Brandau «cuando veo a un redactor de esta casa preguntar en una rueda de prensa por el 11-M, la central térmica o por algo relacionado con las víctimas y dos o tres compañeros entre comillas se miran y se ríen cómplices con el político, como diciendo estos van a su rollo”. Dieter Brandau es, como su jefe, conspiranoico. “¿Cómo es posible que Telemadrid sea la única cadena que informa de los agujeros negros en la investigación del 11-M?” Pues porque todo es un rollo macabeo, todo es una mentira cochina para indigentes mentales y para seguidores de Luis del Timo.

Vamos a llegar al momento estelar de Dieter Brandau, esa parodia de Losantos, cuando se hace con los informativos de Libertad Digital SA, porque el incompetente de Losantos tuvo una televisión. Aunque Dieter tenía otro candidato, de Málaga a malagón: “cuando fui directamente a Rubio y le dije que el director de informativos tenía que ser Somalo”. Hubiera sido épico ver al técnico de sonido metido en esos berenjenales.

¿Y que hizo el niñato de Dieter Brandau? Pues el pelota que es lo que mejor sabe hacer. Se sabe la doctrina y poco más, es una colección de tópicos: “Es como el pequeño comerciante al que le abren al lado un supermercado. No hay que pedir que el supermercado no abra los domingos y festivos, sino dar un servicio que demanden los clientes. Y con más esfuerzo, más ganas y más ilusión que el resto. Nosotros, que seríamos el pequeño comerciante, defendemos la libertad, no pedimos que cierre El Corte Inglés los domingos o que Antena 3 no pueda emitir de 9 a 11. Al contrario, lo que queremos es exigirnos más porque sabemos que la competencia es más grande. Lo mismo ocurrió con Libertaddigital.com, cuando empezamos no éramos nadie”.

¿Cómo actuó?  “He hecho lo mismo que en la radio, contar las noticias con mi estilo y adaptarme al medio. Poco a poco uno va aprendiendo qué es el prompter, que es el pedal, qué es el pinganillo por el que escuchas una voz que no es la de tu conciencia, sino la de la realizadora. Lo más difícil es recordar siempre que hay una cámara que te está grabando. Al contrario que en la radio, debes controlar tus movimientos: no puedes llevarte la mano a la cara, no puedes hacer indicaciones, no te puedes comunicar con el realizador por gestos. Hay que tener en cuenta que estás permanentemente observado”. Ni idea de lenguajes de comunicación. ¡Lo mismo que en la radio! Ni sabe lo que es el prompter, ni el pinganillo. Vamos, que el incompetente de Losantos le pagó el aprendizaje, y le salió muy caro.

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Dieter Brandau es el inmenso error de Losantos“La única vez que me he equivocado ha sido con la televisión”. Con este reconocimiento trata de desarmar al oyente, porque de inmediato se autoexculpa y endilga la responsabilidad a otros, en este caso a los políticos. “Mira que yo sé que los políticos son malos, por qué llegué a pensar que iban a respetar sus leyes cuando abrieran las televisiones. Palmamos una barbaridad, salimos de milagro y ya nos hemos recuperado”. De toda esta perorata, la única verdad está contenida en la frase “palmamos una barbaridad”. No se salió de milagro, sino porque César Vidal vendió las cinco licencias de TDT de la provincia de Madrid por más de 3 millones de euros a Trinity Broadcasting Network, sin cobrar comisión alguna y teniendo que ver como Federico Calamidad no tiene palabra y no cumplió el compromiso de gastar la calderilla en mejorar los sueldos más bajos. Y lo de que nos hemos recuperado es una broma macabra: 1 millón de euros en los dos últimos años, dos ampliaciones de capital y unos agujeros negros en la contabilidad que ponen los pelos como escarpias. Porque el auténtico responsable del desaguisado, de todos los desaguisados, es Losantos. Porque Dieter Brandau no es más que el niñato y la parodia del de Orihuela del Tremedal.

Pero donde ya rizó el rizo Losantos y se superó a sí mismo en la más grosera mentira fue cuando culpó “a los políticos” del estruendoso fracaso de Libertad Digital TV. Recordemos ese momento estelar del hundimiento en la más sorprendente mentira. Como suele suceder en los manipuladores, Losantos comenzó reconociendo el error. Un hecho sorprendente. Es probablemente la primera vez que Federico Calamidad hace tal cosa. Es ese tipo de personas que tienden a considerar que ellos nunca se equivocan, en sus vaivenes, y que son los demás los que están siempre en el error: que era bueno ser comunista cuando él lo fue, y antifranquista, aunque ahora recuerde que estudió gracias a las becas del franquismo o que diga que había “una formación profesional espléndida” o que “Franco edificó la clase media sobre la educación” o que ahora Alberto Ullastres sea un prócer, discípulo predilecto del Padre Juan Mariana, antes, más y mejor que Juan Ramón Rallo. Todo eso lo ha dicho mucha gente cuando Losantos andaba jugando a la oca de error en error. En el siguiente artículo veremos cuando se le ocurrió presentar a Manuel Azaña como la referencia ineludible de la derecha española.

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Ha llegado el momentos de que entre en la historia César Vidal, un comunicador de primera, una figura sólida, una referencia de la historiografía. Dos mediocres, Javier Somalo, técnico de sonido, y Dieter Brandau, un don nadie ambicioso, le hicieron la vida imposible desde el primer momento. Al tiempo, adulaban de manera lacaya y rastrera, hasta la hilaridad, a Federico Jiménez Losantos. Todos los santos días están como un clavo a la puerta del estudio, a las 12 en punto, para alabar sin medida al turolense, hasta tal punto que por las redacciones de Es.Diario y Libertad Digital se les conoce como “el duo de la pelota de las 12”.

Dieter Brandau, apodado Madelman, y Javier SomaloPapichulo, son dos periodistas modernos, de despacho, donde se reúnen para conspirar en medio de la nube espesa de su compulsivo tabaquismo, saltándose a la torera, porque ellos lo valen, las normas legales. Su objetivo es monopolizar a Federico. Saben que de ahí devendrán sus ascensos y su bonanza. Y César Vidal les sobra. Está demasiado cerca del jefe, es demasiado influyente. Dieter Brandau quiere tener programa propio, sustituir a César.

Las estrategias de acoso son las propias de dos mediocres. Brandau, puntualidad germánica a las 12 para adular al necesitado Losantos, se ha convertido en la mano derecha de éste. Ha ejercido de killer. Cuando hubo que despedir personal, Federico encargó a Dieter, como señor de la vida y de la muerte, decidir quién se quedaba sin trabajo y quién se salvaba. Eso no da la autorictas ni el prestigio de la profesionalidad, pero sí el poder del terror y eso genera síndromes de Estocolmo. Libertad Digital SA ha devenido en un lugar sórdido. Así, quien hace el resumen diario de prensa es una chica de Brandau y jamás cita los artículos de César Vidal. ¡Es silenciado en su propia casa y contra los intereses objetivos de la empresa! Alguna cita que se produjo fue aprovechando que la chica estaba de baja.

También hay que mendigar las referencias a los libros que publicaba César Vidal, siempre en los primeros puestos de las listas de más vendidos. Y eso a pesar que su programa era el segundo más importante –en algunos aspectos, el primero, como veremos- y de que formaba parte del Consejo de Administración.