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Scalfaroglio

Redacción




Redacción.

Reproducimos a continuación el artículo publicado por Riccardo Cascioli en la Nuova Bussola Quotidiana Publicado en España por la web Infovaticana:

Un nuevo editorial de Eugenio Scalfari atribuye al papa Francisco la convicción que, después de la encarnación, Jesús no era Dios. La Sala de Prensa del Vaticano habla de una «interpretación personal y libre» de las palabras escuchadas. Vale, pero, ¿qué habrá oído para interpretarlas de ese modo?

«Como ya se ha afirmado en otras ocasiones, las palabras que el señor Eugenio Scalfari atribuye entre comillas al Santo Padre durante los coloquios que tiene con él no pueden ser consideradas como un resumen fiel de lo que ha dicho efectivamente el papa, sino que representan más bien una interpretación personal y libre de las palabras escuchadas, como es por otra parte evidente por lo que ha escrito hoy en relación a la divinidad de Jesucristo». Esta comunicación a los periodistas por parte del director de la Sala de Prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni, llegó ayer por la tarde después de que los compañeros periodistas insistieran durante horas, pidiendo explicaciones sobre lo que había escrito el fundador de Repubblica, Eugenio Scalfari, ayer por la mañana en «su» periódico.

Las afirmaciones que hay en el artículo “Francesco e lo spirito dell’Amazzonia” son, efectivamente, de una gravedad que no tiene precedentes; podríamos decir que son aún más graves que las que hizo en las entrevistas anteriores. Presumiendo de nuevo de su familiaridad y de sus encuentros frecuentes con el Santo Padre, Scalfari afirma que «el papa Francisco concibe a Cristo como Jesús de Nazareth, hombre, no como Dios encarnado. Una vez encarnado, Jesús deja de ser Dios y se convierte, hasta su muerte en la cruz, en un hombre». Siguen pruebas extraídas del Nuevo Testamento. Según Scalfari, explicando dichas pruebas el papa Bergoglio habría dicho textualmente (las palabras se citan entre comillas): «Son la prueba demostrada de que Jesús de Nazareth, una vez convertido en hombre, aunque un hombre de virtudes excepcionales, no era en absoluto un Dios».

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Ante la enorme gravedad de estas afirmaciones, el comunicado de la Sala de Prensa -queriendo ser muy buenas personas- no sólo suena inadecuado, sino que es un verdadero insulto a la inteligencia de los fieles. Scalfari pone en boca del papa una herejía clamorosa, y la Sala de Prensa se limita a decirnos que es «una interpretación personal y libre de las palabras que ha escuchado». Pero entonces, ¿qué ha escuchado? Es decir, ¿qué ha dicho el papa para que sus palabras se interpreten así? Es una pregunta más que legítima dado que estamos hablando del corazón de la fe cristiana.

El Catecismo de la Iglesia católica dice: «El nombre de Hijo de Dios significa la relación única y eterna de Jesucristo con Dios su Padre: él es el Hijo único del Padre y Él mismo es Dios. Para ser cristiano es necesario creer que Jesucristo es el Hijo de Dios» (n. 454). Y «el acontecimiento único y totalmente singular de la Encarnación del Hijo de Dios no significa que Jesucristo sea en parte Dios y en parte hombre, ni que sea el resultado de una mezcla confusa entre lo divino y lo humano. Él se hizo verdaderamente hombre sin dejar de ser verdaderamente Dios. Jesucristo es verdadero Dios y verdadero hombre» (n. 464).

Por lo tanto, si el papa ha explicado este concepto y ha afirmado claramente que Jesús es verdadero Dios y verdadero hombre, ¿cómo es que Scalfari lo ha interpretado de la manera que hemos leído? Del portavoz del papa nos esperábamos, como mínimo, una negación total de esas afirmaciones e interpretaciones. Además, el señor Bruni habla de interpretación refiriéndose sólo a las palabras entre comillas, pero en la primera parte citada Scalfari explica el mismo concepto resumiéndolo de una o más conversaciones. ¿Cómo deberíamos valorar, entonces, este resumen que ha hecho el fundador de Repubblica?

No podemos ni siquiera pensar en la posibilidad de que el papa tuviera realmente la intención de decir las cosas que Scalfari le atribuye; sin embargo, la actitud de quien es responsable de la comunicación vaticana parece hecha a propósito para hacer que surjan dudas.

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El comunicado, además, hace referencia a las intervenciones anteriores de Scalfari, lo que hace aún más ambigua toda la situación. Se acordarán ustedes, de hecho, del desconcierto y las polémicas que surgieron después de la primera entrevista del 1 de octubre de 2013, la del «Dios no es católico» y la del «que cada uno siga su conciencia». Tras haber dicho que se trataba de interpretaciones libres de Scalfari, a los pocos meses a esa entrevista se le dio un reconocimiento oficial al publicarla, primero, en el Osservatore Romano e incluyéndola más tarde en el libro publicado en octubre de 2014 por la Libreria Editrice Vaticana, («Interviste e conversazioni con i giornalisti»).

No sólo: en el artículo del miércoles 9, Scalfari reivindica con orgullo todas las entrevistas que le ha realizado al papa Francisco y han sido publicadas, afirmando: «Todos estos coloquios siempre han sido publicados por entero y literalmente en nuestro periódico». Literalmente, dice Scalfari, es decir, sin interpretación. Sobre esto la Sala de Prensa vaticana no tenía nada que decir.

En resumen, ¿a qué estamos jugando? ¿Somos conscientes de que se está poniendo en peligro la fe de las personas sencillas? En un tiempo de gran confusión, ¿a quién le beneficia crear más confusión aún? Quien permite y favorece que las verdades de la fe católica sean secuestradas para un uso deshonesto de la comunicación está asumiendo una grave responsabilidad. Sobre todo ante Dios.