Javier de la Calle.
Además de ser director del inane Diario Crítico, Fernando Jáuregui es uno de los habituales en La Linterna de la COPE desde la época en la que estaba al frente del programa el irónico Juan Pablo Colmenarejo hasta hoy con el insoportable y cursi hasta la saciedad de Ángel Expósito.
Todos los días, poco antes de las 20:30 horas, Expósito presenta a Jáuregui la sección «Confidencial» en la que, a pesar de lo que su nombre invita a pensar, no se ofrece ninguna información exclusiva salvo mucho cotorreo y pésimos análisis de la actualidad. Prueba de ello fue que, meses antes del referéndum separatista celebrado en Cataluña el 1 de octubre de 2017, el director de Diario Crítico aseguró que no sería «más que un choquecito de trenes». Como se pudo ver, el desafío independentista fue algo más que lo vaticinado por Jáuregui sino que supuso el mayor desafío de la unidad nacional desde la proclamación del Estat Catalá en 1934 por el masón Lluís Companys.
Como no da una en los análisis y carece de primicias o exclusivas, Jáuregui se dedica a promocionar sus propias ideas. El pasado lunes, el director del citado medio inane aseguró que «la mayoría de los barones del PP» están a favor de una gran coalición con el PSOE si ninguno de los dos partidos no obtienen, junto a sus socios potenciales, los diputados necesarios para la mayoría absoluta en el Congreso de los Diputados.
Cualquier persona con dos dedos de frente y un mínimo de sentido político saben que eso es imposible. Es cierto que en Alemania han gobernado conservadores y socialdemócratas pero España es diferente. Los socialdemócratas alemanes nunca han definido a los de Merkel «fachas», «hitlerianos» o «la derecha más extrema de Europa». Aquí sí y mucho más. Por eso se hace imposible el pacto entre ambas formaciones. En Génova 13 pueden ser muy tontos -lo han demostrado con creces desde hace años- pero tampoco llegan a tanta estupidez. Si Casado pacta con Sánchez no solo estará muerto políticamente sino que se arriesga a que la sede del PP sea incendiada por sus propios militantes con él y los barones a los que alude Jáuregui dentro. Y, seguramente, le pasaría lo mismo a Sánchez. A ver cómo explica a sus bases que, tras acusar al PP de hasta la muerte de Manolete, son ahora sus socios de gobierno.
Entonces, ¿por qué Jáuregui soltó semejante chorrada en La Linterna? La respuesta, seguramente, sea sencilla: confunde deseos con realidades. Diario Crítico es un medio sin pulso, sin crítica, sin denuncias, sin exclusivas. Se limita a publicar aquello que no genera problemas. Con un gobierno, el que sea, es más fácil optar a la publicidad, tanto privada como institucional. La gran coalición PSOE-PP sería una especie de sueño húmero para Jáuregui. Así podría seguir explorando al máximo nivel aquello de quedar bien con unos y otros. Y es que, a diferencia de otros directores de medios, como Pedro J. Ramírez o Eduardo Inda, a Fernando Jáuregui no le importa demasiado el tráfico que tenga su publicación. Lo importante es hacer caja. Y de eso sabe mucho, pues zascandilea bien en los pasillos del poder aunque no para conseguir noticias.