Luis Bru.
Según nuestro panel de expertos contables y directivos de empresas, Pedro J está obligado a acudir a la ampliación de capitales. Con 18.000 millones de capital inicial, ya cuando inicia su quinto año necesita nuevos fondos, después de que no haya cumplido ninguno de sus objetivos, notoriamente no el conseguir dar beneficios el tercer año, proclamado a bombo y platillo. Lejos quedan los proyectos triunfalistas del inicio de hacer un diario «a la vanguardia mundial» y «cauce para mejorar España». ¡Vaya fantasma! !Qué tipejo engañabobos!
En primer lugar, hay que tener en cuenta que Pedro J depreda su propia empresa con una retribución muy alta, que según fuentes internas, ronda el millón de euros anual. El plan de empresa contemplaba la recuperación de la inversión en cinco años. Lo lógico es que sea él el que se sufrague el sueldo. En otro caso podía ser considerado un gorrón. Se trata de un periodista gastado, fuera de juego, con evidentes desequilibrios emocionales, del que no se puede esperar nada bueno.
Dado que se trata de una inversión de altísimo riesgo, ya que es una empresa muy personalizada, y Pedro J no es ningún chaval, tiene 67 años, y además los primeros «accionistas» fueron timados pues sólo reciberon «participaciones», que es como recibir papel mojado, no se pueden vender, lo lógico es que Pedro J asuma el riesgo más importante.
Se trata de una inversión a fondo perdido, para perder todo el dinero, previsiblemente, Pedro J Ramírez debe asumir el riesgo. Eso haría comprensible la inversión al entenderse que todavía cree en el proyecto a pesar de sus negras perspectivas. En la medida en que personas significativas han decidido abandonar el barco, como es el caso notorio de Eva Fernández, exconsejera delegada, pieza fundamental, cuya salida ha tratado de venderse como la aceptación de un mayor peso por Pedro J Ramírez, lo lógico es que éste esté dispuesto a arriesgar su capital. No es el mejor aval que Eva Fernández no se recate en afirmar que la empresa es un completo desastre.