Miguel Sempere.
Las Delegaciones de los periódicos están llamdas a fenecer. Son cosa del pasado. El diario El Mundo ha anunciado la salida de nueve miembros de su plantilla, de las delegaciones de Barcelona, Islas Baleares, País Vasco y Valencia. Entre ellos, dos directores, Álex Sàlmon, director de la delegación de Barcelona y Tomàs Bordoy, director de la delegación de Baleares. Este último ya ha sido sustituido por Eduardo Colom, quien el pasado jueves fue nombrado nuevo director de la delegación.
Bordoy, pone fin a una etapa de 35 años de carrera ligada al medio y aprovechó su cuenta de Twitter para agradecer a sus compañeros por “haberlo hecho posible”.
El principal reproche por parte de los trabajadores, según PR Noticas, es la falta de predisposición al diálogo por parte de la empresa que dirige Urbano Cairo. A través de un comunicación conjunto de los diferentes comités y delegados que están negociando estos despidos, han reprochado el cambio en la gestión de situaciones similares: “Desde el año 2009 el Grupo ha sufrido tres ERE, una bajada salarial con reposición y otra bajada salarial permanente. En todas esas situaciones críticas, dolorosas y traumáticas, lo que ha caracterizado tanto a los representantes de la empresa como a los representantes sindicales, y a todas las plantillas, es el diálogo para afrontar una época difícil y de constantes cambios en la estrategia del negocio”.
Para los trabajadores, el hecho de que hayan comunicado los nueve despidos de forma repentina y sin posibilidad de diálogo, “sin escuchar sus propuestas y con el mínimo que marca la ley: una indemnización de 20 días por año trabajado, con un máximo de 12 mensualidades”, es un ataque directo a las delegaciones afectadas.
Por este motivo, los representantes de los trabajadores despedidos han pedido a la empresa que considere la posibilidad de recolocar a los afectados en otras empresas del grupo. Otra de las posibilidades que los negociadores ponen sobre la mesa, es que en el caso de no existir alternativa, la empresa haga un esfuerzo –tal y como ha hecho en otras ocasiones- y reconozca la labor de los despedidos con indemnizaciones superiores al mínimo marcado por la ley.