Luis Bru.
Quien le ha visto y quien le ve. Da más vueltas que una peonza y siempre con la misma petulancia y la misma falsa seguridad, con la misma insistencia de bocachanclas. Losantos se enfundó hace unos años la camiseta de Ciudadanos y ha conseguido convertir al PP en testimonial en Cataluña. Hace unos mese se enfundó la elástica de Vox y le hizo la campaña. Todavía algunos recuerdan la entrevista amable a Santiago Abascal y la arisca a Pablo Casado, en la que le cortó cada vez que se metía con Vox y eso que eran pellizcos de monja. Es de los que se creyó que Vox iba a sacar entre 60 y 80. Que se lo dijo José María Abalos y se lo tragó, Andaban los socialistas pregonándolo por ahí a ver quien comprada la mercancía averiada y Losantos picó como un pardillo.
Después de marrar en dos ocasiones, y mostrar su nula influencia, perdiendo su verborragia en campaña -memorable aquello de Losantos diciendo que votó al PP y Eduardo Inda sorprendido diciendo que pensaba que había votado a Vox- ahora la ha emprendido con los «domingueros» de Ivanhoe. Por Iván Espinosa de los Monteros. No le salen las cuentas a Federico y cambia de chaqueta. Los «domingueros» son los políticos aficionados, los parvenus, frente a los «políticos profesionales», que esos sí le ponen al de Orihuela del Tremedal. «Tienen lo peor de los políticos profesionales y lo peor de los aficionados», ha llegado a decir el bocachanclas, que habla con la misma falsa seguridad que cuando ensalzaba Vox. Ahora a los del PP todo son virtudes, incluso la capacidad de mentir a los de Vox con los de concejalías, de primera y de segunda, y que para eso tienen abogados del Estado, que mienten mucho y a conciencia, que lo de los ayuntamientos al enano parlanchín se le hace muy complicado, aunque a una inteligencia media puede llegar a comprender que concejalías quiere decir concejalías y mentir quiere decir mentir y no ser fiable quiere decir no ser fiable. Pero eso para este inmoral es muestra de inteligencia, que para eso él miente mucho, más que habla.
Así que con su afición a los motes, y citando lo que hicieron los comunistas, va Lady Ginebra y se pone a hablar de los principios. Lady Ginebra es Rocío Monasterio, aunque Lady Ginebra nada tiene que ver con Ivanhoe, pero eso da lo mismo a este ignorante proteico. Vox tiene que renunciar a sus principios, a la inmigración ilegal, a las puertas abiertas a los menas, a los privilegios del colectivo LGTBI y al derecho de los padres a la educación de sus hijos y a los chiringuitos feministas. ¿Qué les queda? Vamos que Vox tiene que satelizarse y diluirse. Es el «periodismo prostituto», del que habla César Vidal; de esa «ramera» que tiene que ver cuanto le dejan sus clientes cada sábado. Lo que le sucede a Losantos es que el 11 de septiembre le cae demasiado lejos y no le alcanza para evitar el concurso de acreedores.
También hay en el líder de las tres derechas para Rivera. Indica Losantos que «Rivera dijo una gran frase: «Diremos no a Sánchez y sí a España». Pero no se puede estar con la España que se opone a su descuartizamiento sin contar con Vox. Y Rivera cuenta y no cuenta, su partido lo insulta en los mismos términos que la propaganda socialista y comunista, pero pacta con Vox a través del PP en Andalucía y donde hay una alternativa a la Izquierda».
Luego critica el pacto en Castilla-La Mancha: «La verdad es que ese fatuo saltimbanquismo moral de Cs resulta cada vez más estomagante». Pero lo que le duele al enano es lo de Madrid: «Y no sabemos por dónde saldrá Aguado, que tras romper el cordón sanitario de Monasterio ha abierto la puerta a Fray Gabilondo, que corre a ofrecerse como santo para la peana naranja. Lo malo es que cada idiotez de Ciudadanos provoca una estupidez de Vox. Y ambos ayudan esforzadamente a la restauración del PP, pero eso sólo se sustanciará si Sánchez ajusta fuerzas con Podemos en nuevas elecciones». Y digo yo, ¿por qué no les deja a las tres derechas que decidan? A este paso Federico terminará estropeándolo todo.
En la cloaca en que ha degenerado la derecha mediática, Losantos es el papel higiénico. Se desgañita a favor de Vox y no cumple, ni de lejos, las expectativas, porque ya su influencia es menguante, pero luego apremia la faltriquera, que la contabilidad de Javier Somalo echa para atrás, y entonces son los «domingueros» quienes deben dejarse engañar y venderse por cuatro perras gordas y sin principios. Sólo le falta ponerse a la puerta de la esquina o buscar la puerta de una buena parroquia.