Luis Bru,
A 3 millones de euros alcanza la oferta por el 51% de Libertad Digital SA. En concreto algo más. Una cifra que parece una oferta generosa habida cuenta de la penuria que vive la empresa. Se trata de un grupo de empresarios que parecen dispuestos a gastar dinero, pero no a cambio de onerosas contrapartidas. La primera de ellas es el control sobre el mismo Federico Jiménez Losantos: tendrá que, por decirlo de alguna forma, moderar el discurso, dejar los insultos y los apodos; civilizarse, vamos.
Después, peligran los programas de la tarde y la noche, los programas estrella de Luis Herrero y Dieter Brandau. Más fuerte sería la poda en la empresa, los dos principales autores del desaguisado abandonarían Libertad Digital: Luis Rodríguez y Javier Somalo, si bien no tendrían queja porque se obviara respecto a ellos la posible comisión de delitos. Peor sería el trato para los más inocentes, los trabajadores, el 90% se iría a la calle, en lo que se interpreta como el final de la loca aventura de un medio o grupo liberal en España,
La proximidad de algunos empresarios al PP hace surgir la sospecha de si se trata de silenciar a Losantos más que relanzarlo, pero la verdad es que la situación de Libertad Digital SA es angustiosa con 3,589.466,75 de préstamos a empresas del Grupo, todas ellas inexistentes y sin actividad de negocio, un impuesto diferido de 2.987.546,39 y una morosidad de 2.285.586,01, reconocidos ante el Registro Mercantil. A Losantos no le cabe otra opción que aceptar o algo así como toma el dinero y corre. O confiar que la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento le rieguen de dinero público, algo que un liberal no debería aceptar, pero Federico ya tiene experiencia en esos menesteres. El liberalismo egipcio.