Editorial.
Manuel Mariscal, flamante diputado por el Congreso de los Diputados, es una nulidad, responsable del desastre de Vox, con su política de enfrentamiento con los medios de comunicación.
El fuerte descenso de ésta formación en una elecciones especialmente positivas para dicho partido, es debido en buena medida a la actitud chulesca de Manuel Mariscal. A la línea arrogante de la política de comunicación; mejor dicho, a la política de incomunicación.
Los candidatos han seguido la consigna de no atender a los requerimientos de los medios. Han dado la imagen patética de personajes incapaces de explicarse, de no saber argumentar.
Todo ésto es por culpa de un niñato que ha establecido una consigna demencial.