Enrique de Diego.
Estoy de enhorabuena, Manuel Mariscal, 66.807 toledanos han tenido la indecencia de votarte. Nunca Toledo había caído tan bajo, ni tú podías haber aspirado tanto. Nunca el Congreso de los Diputados había llegado a tal nivel de degradación teniendo un diputado como tú. Sólo por esta mancillación merece que los españoles hagan esfuerzos crecientes contra Vox, el partido que ha perpetrado tal aberración, hasta que te vayas a esparragar.
Mira, Manuel, eres un mañaco incompetente que no sirves ni para jugar con la Play Station 4. Eres graduado en Periodismo por la Universidad Complutense, es decir que ni tan siquiera has terminado esa mierda de carrerucha, pero a tu corta edad ya te has convertido en una amenaza estúpida y endeble contra la libertad de expresión. Lo que te gustaría, pedazo de pardillo, sería algo así como jugar al Grand Theft Auto con periodistas de víctimas.
“No necesitamos a los medios de comunicación, con las redes sociales nos basta”, has repetido a troche y moche, has esputado en la cara a profesionales avezados. Para tu información, Manolito redes sociales, la presencia de la población española en twitter, una de las más utilizadas es del 3%, así que adelante con los faroles. Tienes una demencia precoz, te has creído que tú eres Steve Bannon y Santiago Abascal. Donald Trump; en realidad, sois un par de aventureros incompetentes que habéis provocado un daño a la nación inenarrable. Es mejor que te alejes del teclado, Manuel, porque eres un peligro público, tienes más peligro que un mono con una ametralladora.
Te han llegado a situar como un genio, cuando no eres más que un incompetente proteico. Mira, Manuel, eso que tu llamas los “medios”, de izquierdas, por supuesto, te han tratado de manera condescendiente, como el tonto útil, como el espantapájaros para promover la movilización. Y tú has entrado al juego con tu petulancia. La operación, con tu concurso, mañaco, les ha salido redonda: han subido los socialistas y los separatistas. Y el precio de este desastre nacional es que tú vayas a mancillar el Congreso, a poner tus posaderas en el escaño y a ganar un sueldo que nunca hubieras obtenido fuera de la política. Ya eres casta, mañaco. Eres la coartada del sistema y un chollo para la izquierda y los separatistas.
Vas a tener, con todo, que explicar tus contratos con el clan Ariza. Esa es otra, pero todo se andará. ¿Has analizado la presencia en eso de las redes de tus hordas chiquilicuatres de Vox? Nunca se había visto gentecilla más descerebrada, sectaria, faltona, insultante, inquisitorial y ayuna de la más mínima ilustración. Parece que tú y tus amos os habíais creído esas estulticias del vetusto pornógrafo Fernando Sánchez Dragó de que Vox más que un partido era un movimiento. Así que las expectativas no cumplidas producen frustración y hoy, talaverano, ya se ha visto que Vox no era más que un molino de viento. Es incluso probable que Vox sea incluso menos que un partido, pero eso lo explicaremos en Rambla Libre esta semana. Vamos a ver cómo van las elecciones municipales y autonómicas, pero dado el bajo nivel y el abrumador nepotismo en las listas, los resultados de Vox no van a mejorar y pueden empeorar bastante.
Te has dedicado, Manolito, redes sociales, a maltratar a periodistas con petulancia, arrogancia y mala educación. Reproduzco el diálogo con una periodista a la que no se permitió la entrada en el mitin de Santiago Abascal, recreando la España de Torrente, en el polideportivo Pitiu Rochel de Alicante, y a la que ni tan siquiera le permites contrastar una información sobre tu mierda de Manual para estúpidos:
Periodista de eldiario.es: Hola, Manuel. ¿Cómo estás? Hemos tenido acceso al manual de redes que habéis distribuido a las delegaciones provinciales, quería consultaros cuándo lo elaborasteis, a quién se lo habéis difundido… y cualquier reacción que queráis que incluyamos. Quedo a la espera de vuestra respuesta. Un saludo
Manuel Mariscal: ¿Podemos quedar a tomar un café y te explico?
Periodista: Hola, acabo de hablar con mi jefe y hemos decidido retrasar la publicación a la espera de hablar con vosotros. Decidnos dónde quedamos mañana para tomar ese café. Un saludo.
Manuel Mariscal: jajajajajajajajaja es broma, ¡cómo voy a quedar a tomar un café contigo! vete a esparragar a otro sitio.
A esparragar te vas a ir tú dentro de cuatro años, porque ya estás más quemado que la moto de un hippie. Mira lo que ha dicho tu amo, Santiago Abascal, en el programa de Ana Rosa Quintana, al día siguiente de las elecciones, porque mucho rollo contra los medios pero luego perdiendo el trasero para ir a Ana Rosa, la musa de los antifas. Mucho contra los medios, pero a colocar a Hermann Terscht, que se lo llevaba calentito de Telemadrid, a ir al estudio con telarañas del pobre Losantos, el liberal egipcio, o con sacamuelas como Carlos Cuesta. Vamos con Abascal (¡qué gran guardabosques se ha perdido Amurrio!):
El líder de Vox ha reconocido que han «minusvalorado» la influencia de las televisiones, los periódicos y las radios a la hora de conformar opinión y de explicar sus propuestas, mientras que han sobrevalorado las redes sociales. Lo que ha dificultado que su mensaje llegase sin «distorsiones» ni «mentiras”. Al margen de la coletilla reticente y autojustificatoria, te ha puesto, Manuel Mariscal, de las redes sociales, literalmente a parir. Si tuvieras decencia, dimitirías, pero doy por supuesto que ni te lo vas a plantear. Añade el duce de parvulario: «Hemos podido pensar que las redes sociales hacían llegar nuestro mensaje con más claridad de lo que finalmente lo ha logrado». Sí, esa soberana estulticia es la que tú has pensado, que con twitter y facebook te comías el mundo, pero el mundo te ha dado unos cuantos bocados. Has convertido a Vox en una parodia, en una inmundicia, en un peligro público para la convivencia, actuando como una jauría de dientes mellados.
¿Cómo se va a contrastar informaciones contigo y tu equipo cuando mandas a esparragar? Y si vetas la entrada a algunos medios a los mítines, lo que correspondería es que ningún periodista entrara ni informara. Es lo que se terminará haciendo. Porque quien veta a uno, veta a todos. Se pone en la situación de gran inquisidor, gran censor y enemigo de la libertad de expresión. Eso es lo que tú eres, Manolito, de las redes sociales. Eres patético.