Editorial.
Los militantes socialistas agrupados ante la sede de Ferraz han coreado reiteradamente “con Rivera, no”. Pedro Sánchez ha tenido la prudencia de no comprometerse y simplemente echarles unas palabras a sus huestes. Por de pronto, son inmediatas las elecciones locales y las europeas y no es oportuno establecer compromisos definitivos. Albert Rivera ha vuelto a reiterar que no gobernara con Pedro Sánchez y que lo echa en brazos de Podemos y los separatistas, pues los unos se han mantenido y los otros han conseguido una victoria sin paliativos.
La cordura y la sensatez imponen que la única opción viable para conseguir estabilidad política y económica en un momento de intenso cambio es un gobierno PSOE-Ciudadanos. Las exigencias y cesiones que serían precisas para sostenerse sobre la voluntad y los votos de Esquerra Republicana son inasumibles y podrían ser irreversibles en los términos decisivos de la unidad nacional. PSOE y Ciudadanos deberían llegar a un acuerdo en el que los dos cedan, dentro de lo posible, pues la política sigue siendo el arte de lo posible y los resultados electorales no dejan espacio para los maximalismos.
Podemos exige ministerios y controlar la política económica. Tiene propuestas interesantes para confrontar al poder político con los oligopolios y con los bancos. También respecto a la limpieza de las cloacas del Estado, pero su posición es favorable a un referéndum de autodeterminación que se sale por completo de la legalidad.
Nadie entendería que Ciudadanos no sacrificara algunas de sus posturas para evitar que los separatistas impongan la marcha definitiva hacia la independencia. Ciudadanos es un partido responsable, de centro, con flexibilidad para los pactos, con una buena política económica, con propuestas interesantes para los autónomos y las clases medias, como la erradicación del impuesto de sucesiones. No sería sensato que permitiera que España se despeñara por las sendas angostas del populismo y el separatismo.
Esta es una hora de prudencia y de sensatez. La postura de Rambla Libre es nítida: Con Rivera, sí.