Josep Sansano.
El cúmulo de despropósitos perpetrados por el Comité Ejecutivo Provincial de Vox, surgido de los extraños sucesos del 22 de marzo, ha hecho que, según ha podido constatar Rambla Libre, numerosos militantes y simpatizantes de Vox se planteen votar a esa formación en su candidatura nacional pero no hacerlo a la lista a las Cortes Valencianas encabezada por Ana Vega y David García. Una de las razones que aducen los numerosos comunicantes a Rambla Libre es el nepotismo, con el dominio de algunas familias de sangre que triplican candidaturas y la falta de personas preparadas y con prestigio en sus ámbitos profesionales.
Ese clima es muy acusado en personas que militaron en los primeros tiempos de Vox y que han ido siendo arrinconados. “En Alicante hemos tenido mala suerte con este CEP”, apunta una simpatizante, que no entiende como ha habido respuesta desde la dirección nacional a las numerosas quejas remitidas. Otro militante de Vox reseña que desde la dirección nacional se pidieron curriculums y cuestionarios, “a veces entrando en cuestiones personales”, así como “tres contratos de confidencialidad” para elegir candidatos, y a la postre unos pocos han ocupado todos los puestos “y no parecen muy preparados”.

El cabeza de lista de Benidorm: condenado por violencia machista
Un caso especialmente llamativo se ha producido en Benidorm, localidad en la que la agrupación fue descabezada, y en donde quien lidera la lista apenas tiene arraigo en la ciudad, sólo unos meses, y que, tal y como informa El Diario, tiene una condena por malos tratos en el ámbito familiar. Según informa el citado digital, David Pérez Brígido, fue condenado en sentencia firme con fecha 28 de febrero de este año por violencia de género. El fallo del Juzgado de lo Penal número 5 de Pamplona dictó una pena de dos años de prisión -que no se ha hecho efectiva al no tener antecedentes penales- y la prohibición de comunicarse con su exmujer a la que no puede acercarse a menos de 300 metros durante cinco años.
Según el relato de los hechos que hace El Diario, “Pérez Brígido, candidato a concejal del Partido Popular en 2015 en la pequeña localidad de Noain, cerca de Pamplona, vivió allí con su pareja, que ha venido sufriendo «un maltrato habitual» que, según los hechos probados, le ha supuesto un trastorno de estrés postraumático, «con síntomas como fuerte sentimiento de culpabilidad, estado de ansiedad, pérdida del interés, bajo estado de ánimo, sentimiento de inseguridad e incapacidad, miedo, estado de alerta, problemas para dormir con pesadillas, conductas y actitudes evitativas». El candidato de Vox estuvo durante todo ese tiempo profiriendo insultos, gritos y menosprecios a la por entonces su esposa, de origen español pero con familia palestina, del tipo «mora de mierda, inútil, muerta de hambre, sin mí no eres nadie, das mucho asco hija de puta, gilipollas, nadie te quiere», según la sentencia.
Asimismo, «rompía objetos de la vivienda como puertas, muebles, figuras, televisión o el teléfono móvil de ella y del hijo«, añade el escrito. También especifica el documento que le decía expresiones como «algún día voy a hacer una locura y te quito del medio; me voy a tirar de un puente por tu culpa, me voy a matar con el coche» y le propinaba empujones en los que la tiraba al suelo, tirones de pelo, puñetazos en la cara y agarrones de cuello.
La sentencia, contra la que no cabe recurso alguno, también condena a este político de Vox a abonar 4.000 euros en concepto de responsabilidad civil a la víctima; a la privación de tenencia y porte de armas por tiempo de tres años, así como a la pena de inhabilitación especial del derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de la condena, lo que le inhabilitaría para ser candidato.
Alguien del Comité Ejecutivo Provincial debería dar explicaciones por este desastre sin paliativos, que pone en evidencia el descontrol del órgano directivo de Vox en la provincia.
Malestar en Pilar de la Horadada con Cristóbal Pozo
Rambla Libre también ha detectado un profundo malestar entre numerosos simpatizantes de Vox de Pilar de la Horadada con el coordinador y alcaldable, Cristóbal Pozo Torija, del que denuncian actitudes despóticas e ineficacia, así como la persecución a cualquier persona que plantee cualquier cuestión crítica hacia él.