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Julián Oller: En vuelo junto al Bleriot XI

Redacción




Loreto Román. Periodista y escritora.

Comunicarse con Julián Oller siempre suponía recibir un intenso chorro de información sobre temas de vuelo, historia de la aviación, sorprendente no solo por todo lo que sabía, sino también por su forma de transmitirlo. Esa intensa pasión se le notaba tan pronto se ponía a hablar sobre vuelo. Comentaba que todo se debía a que cuando tenía unos 11 años, su profesor le mandó leer un libro, “El correo del sur” de Saint Exupéry, y desde entonces se había convertido en un auténtico aerotrastornado. El término aerotrastornado, para los ajenos al vuelo aunque os lo podáis imaginar, es un calificativo que utilizamos para describir a todos los que nos apasiona de una forma muy especial todo lo que vuele.

Julián Oller,

La primera vez que me puse en contacto con Julián fue allá por el año 2006, recuerdo aquel momento perfectamente, cuando me comentaba que a pocos años vista (2009 y 2010) del Centenario de los primeros vuelos en España (Paterna, Septiembre de 1909; Barcelona, Febrero de 1910; Madrid, Marzo de 1910; Sevilla, Marzo de 1910; San Sebastián, Marzo de 1910; Córdoba, Mayo de 1910; Santander, Septiembre de 1910; Málaga, Septiembre de 1910; etc….), la Fundación Aérea de la Comunidad Valenciana, en la que formaba parte como Vicepresidente, conmemoraría esta significativa celebración. Pero se les había ocurrido que había que realizarla de forma más viva y más “voladora”. Después de analizar esos primeros vuelos cuyo Centenario se iba a conmemorar, llegaron a la conclusión de que en el 80% de los casos se habían realizado sobre Monoplanos tipo Bleriot XI, similares al utilizado por Louis Bleriot para su travesía del Canal de la Mancha, en Julio de 1909. Por lo tanto, se podía considerar al Bleriot XI como el avión más representativo de los primeros tiempos de la aviación en España. Leer todos estos comentarios de Julián suponía retroceder a ese pasado, a todos esos valientes aviadores que ahora recordamos y que forman parte de nuestra historia y a los que hay que valorar. Pero es que encima, con esa pasión con el que Julián lo comentaba. Es cierto, y con todo el respeto del mundo, un completo aerotrastornado.

Bleriot.

El relato de Julián continuaba diciendo como después de estos estudios, la FACV y él habían decidido construir una réplica voladora del mismo, a escala 1.1. De inmediato pusieron en marcha un proceso de investigación, que les había permitido hacerse con unos planos constructivos originales, fechados en 1911, y con toda la documentación adjunta a los mismos. Leyéndole te emocionabas con todo ese maravilloso proyecto que describía Julián Oller. El haber deseado que esa celebración fuese más “voladora”, más pasional, más aerotrastornada y más propia de Julián, había llegado a un proyecto de una réplica del Bleriot, reconociéndole a su fabricante su papel de pionero de la aviación. Os puedo asegurar como conocedora de este mundillo del vuelo, que eso de construir un avión, a parte de las dificultades que pueden surgir por material, herramientas, medidas y todo eso, lleva mucho trabajo y  dedicación de tiempo, esfuerzo y mucho cariño.

En otro e-mail Julián me comentaba lo apasionante que era el desarrollo de este proyecto. Antes de iniciar siquiera el expediente de construcción ya llevaban investigando más de un año, recopilando documentación, consiguiendo los planos constructivos originales de 1911, re-dibujándolos en Autocad, trazando plantillas, seleccionando materiales y tantas otras cosas. Todo medido, casi a punto, porque la madera la tenía todavía en forma de tablones de 450 x 30 x 5 cm, y había que transformarla en listones de 30 x 30 mm, de 22 x 30 mm, de 80 x 20 mm, de 25 x 5 mm, etc …. Sé que muchos de los que estáis leyendo estas líneas estaréis pensando “!Qué locura!, hasta el más mínimo detalle”. Y es así, hasta el más mínimo detalle, y os aseguro que este Bleriot como la mayor parte de los aviones que se construyen bajo planos, son construidos con mucho detalle, empeño, dedicación y horas, pero por encima de todo, con mucha pasión.

Julián Oller.

Me comentaba como los elementos metálicos ya estaban casi todos construidos. En aquel momento, tras el paréntesis veraniego (me comentaba Julián como en Valencia el verano es demasiado caluroso para todo excepto para dormir la siesta) comenzarían el montaje.

Tras varios años de ajustes técnicos y trabajos continuados el domingo 13 de abril de 2014, el Bleriot volaba pilotado por Javier del Cid, ex-jefe del Ala 14, que voluntariamente participaba como piloto de pruebas, en la Base Aérea de Los Llanos, con el apoyo del Ejército del Aire, del Ayuntamiento de Paterna y de la Fundación AENA. Primero alcanzaba unos 2 metros de altura durante cincuenta metros, y después realizaba varios saltos poco a poco con mayor longitud y altura. Y ya para finalizar verificado su comportamiento, realizó un salto de la longitud de pista a unos cuatro metros de altura.

Los deseos aeronáuticos de Julián se habían cumplido. Tantos años de trabajo, esfuerzo, sueños y deseos de todo el equipo que estuvo trabajando para que se pudiese realizar, habían llegado a su fin con muy buenos resultados. El esfuerzo de este grupo capitaneado por un grande había llegado a su fin, el Bleriot había volado aquel 13 de abril de 2014, en recuerdo y conmemoración de aquellos primeros vuelos en España y de su constructor.

Durante una temporada larga cualquier duda que me surgiese sobre la historia de la aviación recurría a Julián Oller. ¿Quién me la podría resolver mejor que él y de esa forma que solo él sabía, directa, clara, con detalles y mucha pasión? Está claro que nadie. Y no era complicado que surgiesen, como las primeras escuelas de vuelo en España y Francia, información que necesitaba entre otras curiosidades para la redacción de un libro que se remonta a aquellos inicios del siglo XX. Recuerdo que me comentaba como sobre 1910 no se habían inventado todavía los aviones escuela. Las escuelas utilizaban aviones normales y cada constructor de aviones montaba su escuela.

En España, la primera escuela fue en 1911, la militar de Cuatro Vientos con aviones Farman HF 3 a los que ya en 1912 añadiría los Bristol Boxkite, los Nieurport N IINN y NIIG, y los Bristol Prier. La primera escuela civil en 1912 y en Getafe, emplearon el Deperdussin Antoinette.

En Francia, los hermanos Wright montaron su escuela en Pau, en el SO de Francia, utilizando biplanos Wright. Louis Blériot hizo lo propio en el mismo sitio utilizando el omnipresente Bleriot XI. Deperdussin montó una escuela en Mourmelon utilizando el Deperdussin Antoinette y los Farman montaron otra escuela utilizando como aviones los Farman HF 3.

Son muchos los libros que ha escrito Julián como “Salvador Hedilla, una vida apasionada”, “El Vultee V-1A”, “Bazu, un príncipe legendario”, “Los aviones de Carl Bucker”, en todos ellos el protagonista es un personaje de la historia de la aviación, como Salvador Hedilla, primer aviador que en 1915 en España utilizó la aviación para hacer publicidad comercial y propaganda política, y al año siguiente realizó el primer enlace entre la Península y Baleras. “El Vultee V-1A”, el avión español nacido en California, matiza Julián que lo denomina el avión español por eso de que fue el Gobierno de la II República el mayor comprador. O Bazu, piloto de caza, perteneciente a la nobleza rumana, que queda despojado de sus propiedades después de la II Guerra Mundial. Escapa a Occidente y llega a España, donde trabaja como piloto fumigador y acrobático y llega a ser un icono de la sociedad madrileña. O Carl Bucker, empresario de éxito que se niega a construir aviones de combate para el Reich en la Segunda Guerra Mundial, en el que se relata los diferentes modelos que salieron de su fábrica. Aprovecho desde aquí la oportunidad de aconsejaros la lectura de cualquiera de ellos, entretenimiento y cultura al mismo tiempo. “Historia del transporte aéreo en España 1919 – 1940, con Utrilla. Menciono algunos de sus libros, aunque ha escrito más.

Lo que he intentado con este artículo sobre Julián Oller es no solo reflejar su intensa actividad como historiador, con todos sus libros escritos, artículos, ponencias, conferencias y toda su actividad en la Federación Aérea Comunidad de Valencia y otras organizaciones, sino también y sobre todo reflejar a Julián como persona, como amigo, con esa intensa pasión por el vuelo, esa fortaleza, aerotrastornado sin duda, con esa forma muy suya de presentar cualquier tema de vuelo con anécdotas que lo hacían al mismo tiempo interesante y divertido. Me quedo con una frase de uno de los correos que me envió: “Tal vez volar en aquellos cacharros fuese menos seguro, pero te puedo asegurar que era más divertido”.

“Donde quiera que estés volando Julián, vuela alto como solo los aerotrastornados como tu sabéis hacer. Y no olvides, has dejado aquí abajo todo tu legado sobre vuelo y tu forma tan especial de ver la vida”

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