Enrique de Diego.
No conozco su nombre, señora, pero quiero transmitirle mi inmenso agradecimiento a su esposo y muy infinita admiración. Supongo que dentro del inmenso dolor de la pérdida de un hombre de la talla de Francisco Javier Torronteras, estará el orgullo de haber compartido con él la vida y, si no me fallan los datos, dos hijas, que pueden estar orgullosas de tan buen padre.
Francisco Javier Torronteras es una gloria y un héroe de España; de los grandes, de los que te permiten creer en que la Patria aún tiene destino y salvación, porque produce hombres de su temple. Al final, las sociedades las protegen y las dan confianzas hombres como Torronteras o Pedro, el tedax o como todos los geos que estaban en las escaleras de Martín Gaite, 40, de Leganés, aquel fatídico 3 de abril de 2004.
Quiero rememorar con unción y respeto agradecido todos los gestos de heroísmo de su esposo aquel día. En primer lugar, Francisco Javier Torronteras estaba ese día fuera de servicio, pero él era un hombre de probado coraje y constante responsabilidad y se presentó de inmediato a la llamada. Era una misión difícil, de GEO, de héroe, y Torronteras era de los que no exigían nunca a los demás algo que él no estuviera dispuesto a hacer, así que fue por delante, el primero en protegernos, héroe de España. Con profundo dolor, recibí la información de primera mano de uno de los mandos policiales que lo vio con vida y al que le dijo cuanto se interesó por su estado: “estoy bien, jefe”. Se estaba desangrando por la femoral y aún mantenía toda su entereza.
Me transmitieron en su día que ante esta estupidez infinita de cobardes y mediocres, de aves carroñeras, de la conspiranoia, usted ha querido preservar a sus hijas y mantener el anonimato, decisión que respeto. Esta carta surge tras la lectura del magnífico artículo publicado en este digital por José Donís, titulado “11 M, ¿qué pasó en Leganés? Homenaje a Torronteras y a los GEOs, héroes de España”. Hay un GEO que no ha podido volver a trabajar. En ese artículo, Donís, que lo sabe todo sobre el 11 M, como patriótico alarde ilustrado, afirma con toda razón: “Nunca se ha difamado tanto y con tal brutalidad a policías y guardias civiles, nunca, ni siquiera el golpismo que ahora se juzga ha llegado a esos niveles de infamia, y hablamos de algunos agentes que son sin duda verdaderos héroes”.
Quienes han llegado a esos niveles de infamia, ninguneando a los héroes, han sido groseros manipuladores como Pedro J Ramírez y esa nulidad cencerra de Federico Jiménez Losantos, y algunos que por hablar en nombres de las víctimas deberían haber sido más sensibles y más coherentes. Mediocridades como Santiago Abascal o el mentecato Pablo Casado, el último en apuntarse a la infamia, ignorante proteico que desconoce que quien dio la orden de asaltar el piso de Leganés fue su partido, personajillos como el senador de Vox, Francisco José Alcaraz. ¡Cuánta dignidad y cuánto dolor cuando me enseñaba las fotos de sus dos sobrinas asesinadas por ETA en la casa cuartel de Zaragoza! Por eso mismo, debía haber sido más responsable en sus mentecatos juicios. No digamos de esa vergüenza nacional que es Luis del Timo quien en su alucinada osadía se ha atrevido a mancillar la memoria de los héroes diciendo que en Leganés “todo fue puro teatro”. Me hubiera gustado ver a ese degenerado en las escaleras de Martín Gaite haciéndoselo en los pantalones. O esa deleznable presidenta de la Asociación de Víctimas del Terrorismo, Maite Araluce, que debería tener la dignidad de dimitir tras ofender a las víctimas.
¡Qué gentuza más infame! No me imagino a Marine Le Pen poniendo en duda la autoría islamista de la masacre de Bataclan o diciendo que todo allí fue teatro o pidiendo la libertad para el asesino Jamal Zougam, como hacen estos estúpidos, encima arrogándose la representatividad de unas víctimas a las que ofenden cada año, y así llevamos quince. Haré todo lo posible para que estos villanos paguen por lo que han hecho y desaparezcan de la vida pública, o se arrepientan y reconozcan sus errores.
El día que Francisco Javier Torronteras sea reivindicado y reconocido como uno de los grandes héroes de los últimos tiempos, y con él sus compañeros, España estará salva. Confío en que ese día está cercano.
Mi respeto, mi admiración, mi agradecimiento, señora, a su esposo, gloria y héroe de España.
11M ¿qué pasó en Leganés? Homenaje a Torronteras y a los GEOs, héroes de España