Javier de la Calle.
Igor Aguilera, hasta ahora portavoz de Vox en Cantabria, el secretario de Comunicación, Miguel Vallejo, y el tesorero, José Rábade han dimitido de sus cargos. El Comité Ejecutivo Provincial queda solamente con el presidente Ricardo Garrudo, un empresario que tiene a su empresa Wolder en liquidación y con sospechas de presunto alzamiento de bienes, la vicepresidenta Laly García y el secretario Armando Blanco, que son matrimonio y acumulan gran cantidad de cargos, además de no tener ocupación reconocida fuera del partido.
Los dimisionarios son cargos que llevan tiempo en Vox y que se han rebelado contra el «cacicato» que ha impuesto Ricardo Garrudo, amigo personal de Santiago Abascal y presidente de DENAES. Fuentes internas del partido afirman que Garrudo se precia de estar en contra de la democracia. Ese esquema mental lo ejerce en Vox, donde está confeccionando las listas a su imagen y semejanza, poniendo como primero de la lista a las autonómicas a su abogado personal, Cristóbal Palacio.
Ignacio Aguilera, cabeza de lista de Vox en Cantabria en las dos últimas elecciones generales, afirma en una carta abierta publicada en las redes sociales que “igual que mis compañeros vocales, considero que mis valores e ideales, que son los que Vox dice representar, son incompatibles con los que su actual presidente en Cantabria practica y manifiesta en privado”. Explica Aguilera que lleva “más de cuatro años dedicando gran cantidad de horas y esfuerzos” por ver prosperar el “proyecto ilusionante que era Vox en España y en Cantabria” y que “seguir en este estado” sería una “traición” a sus “principios” y un “engaño” a los “simpatizantes y afiliados” del partido, del que espera que no se convierta en “más de lo mismo, como todo augura” en Cantabria.
Palacio ha defendido a Garrudo en los tribunales por diversas cuestiones relacionadas con sus empresas, y este pretendería darle libertad para confeccionar la lista a las autonómicas.
Según publica Diario de Cantabria, miembros de Vox están destacando en las redes sociales que Garrudo es “amigo” de Santiago Abascal, y que fue fichado por este “como presidente” de Vox en Cantabria, y están denunciando que desde ese cargo se habría dedicado a “expulsar” a dirigentes, candidatos y afiliados que “se le oponían” y a “meter” en el partido “a sus amiguetes peperos, como Cristóbal Palacio”. Además, han acusado al propio Abascal y al vicesecretario de Relaciones Internacionales de Vox, Iván Espinosa de los Monteros, de “proteger” a Garrudo “en lugar de echarlo”, aunque han asegurado que esos dirigentes, candidatos y afiliados ya habrían “mandado carta” al secretario general del partido, Javier Ortega Smith, para poner en su conocimiento estos hechos. Las redes sociales reflejan que existe “mucha decepción” entre los dirigentes, candidatos y afiliados que estuvieron “trabajando en los momentos difíciles” y que están viéndose desplazados ahora, una situación que están “empezando a airear”.
También denuncian que todo el dinero de las cuotas se «lo queda Madrid» y que en Vox Cantabria los fondos disponibles son unos cientos de euros.