Editorial.
Salvamento Marítimo está cumpliendo la función de los barcos de las Onegés: colabora con las mafias esclavistas. No recoge náufragos a la deriva, sino pateras que van a su encuentro para hacer el último tramo de su recorrido. Se trata de un presunto delito por el que sus responsables y tripulaciones deberían responder.
Salvamento Marítimo depende del Gobierno de España y colabora con la inmigración invasiva. Vox, con acierto, ha entrado en el debate criticando con dureza que Salvamento Marítimo practique lo que denomina “rescates ficticios” propiciados por “las mafias esclavistas” que potencian este tipo de “actividades ilícitas que tantos muertos cuestan todos los años».
Así lo explica en un audio difundido el portavoz parlamentario de Vox en Andalucía, Alejandro Hernández, para quien el dispositivo español se activa «previa llamada de las mafias esclavistas, que indican el día, el lugar y la hora en la que tiene que llevarse a cabo el rescate de los inmigrantes».
En diciembre pasado, Vox de Melilla alertaba de que Salvamente Marítimo, que depende del Gobierno central, se había convertido una especie de “taxis acuáticos” dedicados a trasladar a España a los subsaharianos que intentaban cruzar el Estrecho.
Y el pasado 29 de julio, su líder nacional Santiago Abascal escribía este hilo en su cuenta de Twitter:
“Salvamento Marítimo, recibe «avisos» a través de supuestas ONGs o tuiteros con las coordenadas de los supuestos náufragos (a veces antes de que estén en el agua) porque todo está preparado y saben el barco o patera que va a salir de la costa africana”.
Hemos visto –añadía– barcos en los que los 4 tripulantes de Salvamento Marítimo «rescataban» a 140 personas encerrándose dentro de la cabina por razones de seguridad y sanitarias, y por la incapacidad de controlar un barco con 140 jóvenes fuertes. (Riesgo de motines, contagios…)”.
Esta actividad de Salvamento Marítimo debe cesar