Virginia Montes
Golpe de efecto de Marine Le Pen, recibida por Vladimir Putin en el Kremlin. Uno de los temas tratados es la persecución de los cristianos en Oriente Medio. Marine Le Pen es partidaria de mejorar las relaciones con Rusia y salir de esta falsa segunda guerra fría montada por los poderes globalistas.
Vladimir Putin, recibió este viernes por primera vez en el Kremlin a la jefa de la extrema derecha y candidata presidencial francesa, Marine Le Pen. El encuentro ocurre cuando falta menos de un mes para las elecciones presidenciales francesas, y en medio del escándalo en EE.UU. sobre la supuesta injerencia rusa en la campaña electoral norteamericana a favor de Donald Trump.
En ese contexto, Putin tuvo que aclarar que «Rusia no interferirá en la elección», francesa del 23 de abril, según declaraciones recogidas por las agencias de prensa rusas.
No queremos, en ningún caso, ver ninguna influencia en acontecimientos futuros, pero nos reservamos el derecho a comunicarnos con los representantes de todas las fuerzas políticas del país, como lo hacen nuestros socios europeos o Estados Unidos», declaró el presidente ruso.
«Es interesante discutir con usted la forma de desarrollar nuestras relaciones bilaterales y la situación en Europa. Sé que usted representa un espectro político europeo que evoluciona bastante rápido«, añadió Putin en alusión al avance de la derecha patriótica en Europa.
Es excepcional que Putin reciba a un candidato a una elección presidencial en una fecha tan próxima de los comicios. Según la costumbre y el protocolo, suele recibir a jefes de Estado de su rango u ocasionalmente a jefes de gobierno de países con régimen parlamentario.
Antes la dirigente francesa del Frente Nacional se reunió con el presidente de la Duma, el parlamento ruso, Viatcheslav Volodin. «Soy partidaria de desarrollar las relaciones con Rusia en el marco de la larga historia que une a nuestros dos países», explicó al principio del encuentro Marine Le Pen, que va primera en las encuestas para la primera vuelta de las presidenciales.
La líder francesa forma parte de los políticos europeos que abogan por un acercamiento con Putin y que aprueban la anexión rusa de la península ucraniana de Crimea en 2014.