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Frente al mito de las tres derechas: Ciudadanos no es de fiar

Redacción




Editorial.

La nación está ya en el horizonte de las urnas. De poco sirve reiterar que estas elecciones debieron celebrarse hace ocho meses o que hubiera sido mejor para las arcas públicas concentrar todas las elecciones en el 26 de mayo. La nación está ya en el horizonte de las urnas y buena parte del debate ha de girar en torno a las alianzas postelectorales, por cuanto resulta totalmente improbable que cualesquiera de los partidos se alce con la mayoría absoluta, salvo que se produzcan circunstancias extraordinarias o corrimientos muy acusados en el electorado.

Por tanto, del punto de partida salen una alianza informal entre el PSOE, Podemos (más confluencias) y partidos separatistas, que es la que ha gobernado o desgobernado estos ocho meses; y enfrente el mito de las tres derechas, con PP, Ciudadanos y Vox, que ha alcanzado el poder en Andalucía, para no cambiar hasta el momento nada. Al margen del márketing, con la obsesión de Ciudadanos por no salir en la foto con Vos, cuando llega el momento de los intereses no hay problema: Ciudadanos y Vox han acordado y han votado sus respectivos senadores por la autonomía andaluza: Francisco José Alcaraz, por Vox, Fran Carrillo y Mar Hormigo, por Ciudadanos.

Albert Rivera saludando a Manuel Valls. /Foto: lavanguardia.com.

El pacto andaluz se ha establecido sobre dos coartadas: desalojar al PSOE y la abjuración de Vox de su programa al contar con 12 diputados. Tampoco es preciso repetir que esos 12 podían haberse vendido mucho más caros. El pacto andaluz podría repetirse sobre la base de la confrontación con el proceso secesionista en Cataluña. Albert Rivera ya ha hecho mención a un cordón sanitario sólo contra los que quieren destruir la nación. Fuera de eso, que es mucho, el pacto es altamente improbable. Fuera de España, el pacto entre un partido como Ciudadanos, ciertamente veleta, pero ahora escorado decididamente al globalismo, sin política alguna restrictiva de la inmigración, con una posición de adhesión a la ideología de género, partidario del aborto y la eutanasia, y otro como Vox, contrario a la inmigración ilegal, patriótico, contrario a la ideología de género, contrario a la cultura de la muerte, sería imposible. Ciudadanos y Vox están en las antípodas. El PP es realmente un partido sin ideología, un simple cartel de intereses de sus cargos; sigue siendo una mafia.

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No nos fíamos de nadie -Vox en Andalucía se ha acomodado a las primeras de cambio y ya no incomoda- pero del que menos nos fíamos es de Ciudadanos,que ha demostrado ser capaz de pactar tanto con el PSOE como con el PP. Desde luego, no pactaría con Pedro Sánchez, pero sí hubiera una revuelta en el PSOE que pasara por la toma del poder por los barones.

Ya hemos dicho que las tres derechas son un mito, ensalzado por Aznar en sentido positivo, y denigrado por Irene Montero con la metáfora de los «trillizos reaccionarios«. No existen, de hecho, las tres derechas. Ciudadanos que se mueve al ritmo de la ambición de Albert Rivera, un oportunista sin principios, con muchos puntos de concomitancia en el perfil con Pedro Sánchez, puede ser considerado a día de hoy una izquierda patriótica. Nos gustaría ver a Vox con vocación de mayoría absoluta y de llevar a la práctica su programa, que es lo mejor que tiene, pero por ahora sirve como muleta para un PP en derrumbe. Ciudadanos no es nada fiable, ni tan siquiera es derecha.