Javier de la Calle.
Fue una noche de terror extremo, que dejará a una madre y sus dos hijas, de 10 y 11 años, traumatizadas de por vida. Tres marroquíes entraron en la casa, en Galapagar, pusieron las navajas en las gargantas de las niñas y amenazaron:
- ¡Las vamos a violar! ¡Las vamos a matar! Danos todo lo que tengas.
En una situación de máxima ansiedad, aterrorizada, la madre fue acompañada al cajero y sacó todo el dinero disponible, para salvar la vida de sus hijas. Mientras iba toda su mente estaba en que no les pasara nada a sus niñas situadas en la terrible posición de rehenes.
Los 3 marroquíes llegaron en pateras y fueron soltados en la calle al día siguiente. Pero eso fue hace tiempo. Ahora dos de ellos han ingresado en prisión, donde costaran la contribuyente español 2.753 euros al mes. Otro es menor y ha vuelto a ser ingresado en el Centro de Menores, en Brea de Tajo, de donde ya se había escapado. Se da por supuesto que lo volverá a hacer. Los tres eran conocidos por las Fuerzas de Seguridad. Uno de ellos con toda seguridad tenía antecedentes penales.
Cuando dejaron a la madre y sus dos hijas temblando de miedo, se llevaron enseres de la casa, entre ellos una Tablet con un dispositivo GPS activado que permitió que la patrulla de la Guardia Civil los detuviera, en una brillante operación policial, en la que se volcó todo el puesto de Galapagar sin medir horas ni dedicación. Quizás les den una medalla, aunque suelen dárselas a los de oficinas, a los que no se baten el cobre ni se la juegan.
Los 3 marroquíes no estaban en ningún bosque, ni escondidos en algún lugar recóndito, estaban tranquilamente sentados en un banco público de una zona céntrica del pueblo, «estaban como si tal cosa, con sensación de total impunidad, como el que no ha hecho nada«, como señala a Rambla Libre un testigo presencial.
Pero habían hecho y mucho. No sólo habían protagonizado la escena de violencia y terror extremos descrita, ahora se están esclareciendo robos anteriores que por el modus operandi pudieran ser obra de los 3 marroquíes. ¡Y son ya más de 20 las casas habitadas en las que han robado! En la zona norte de la Sierra de Madrid, la mayoría en Galapagar, pero también en otros municipios. Entraban por una ventana abierta, por un resquicio. Nunca les importaba que hubiera gente dentro. Habitualmente la había. Esta vez han llegado más lejos hasta el secuestro express.
Los delincuentes son el 100% inmigrantes
Galapagar, que había vuelto a ser un pueblo seguro, vive una nueva oleada de inseguridad. Y el hecho es que los autores son siempre, al 100% inmigrantes y casi al 100% marroquíes o argelinos. Hay en el centro de Galapagar una oleada de robos a coches, de acciones vandálicas para pequeños robos, que tienen a la vecindad atemorizada e indignada. No es raro ver en algún coche cartel de «No me robes más» o «No tengo nada de valor«. Algunos vecinos consideran que la campaña de la Policía Local sobre la falta de dotaciones ha podido provocar un efecto llamada a gente de fuera, porque «son gente de fuera de Galapagar, inmigrantes y de fuera de Galapagar«, indica un vecino.
Donde ha mejorado la seguridad ha sido en La Navata, pedanía donde reside el líder de Podemos, Pablo Iglesias. El hecho de que haya vigilancia permanente de la Guardia Civil en torno a su mansión ejerce un influjo disuasorio para los delincuentes y ha aumentado la seguridad.