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21 D: El día de la indignidad

Redacción




Editorial.

Si la celebración del Consejo de Ministros el 21 de diciembre en Barcelona fuera un ejercicio de soberanía y de defensa de la unidad de España, Pedro Sánchez contaría con todo el apoyo de Rambla Libre. Pero se trata de la celebración cínica y estúpida del espejismo de los efectos taumatúrgicos del diálogo y el apaciguamiento y en ese sentido el 21 D se perfila como el día de la indignidad y la exaltación de la violencia por los grupúsculos preterroristas de los CDR, que no son otra cosa que ARRAN, las juventudes de la CUP mal camufladas bajo otro nombre.

Desde que Pedro Sánchez pretendió desactivar el conflicto sedicioso de los separatistas mediante gestos de debilidad las cosas no han hecho más que empeorar. Se cortan las carreras con total impunidad, se asalta el Parlament, se coacciona la libertad y se intenta imponer la voluntad a la mayoría, con deterioro creciente del orden público, e incluso desde la misma presidencia de la Generalitat se dan órdenes expresas a los mossos de dejar hacer a los violentos y de incumplir su misión de velar por los derechos humanos en la calle.

La celebración del Consejo de Ministros se interpreta por esos insurrectos levantiscos como una provocación y como la justificación para extender la violencia por las calles, planteado un asedio al Consejo de Ministros en la Llotja del Mar. La dignidad nacional va a ser agredida, la debilidad del Gobierno se va a poner en evidencia. Destacados barones socialistas solicitan ya la ilegalización de los partidos independentistas, cuestión que ha sido reiteradamente solicitada por Rambla Libre. En Francia, notoria democracia consolidada, los partidos han de mostrar su adhesión a la unidad nacional. Es el mínimo de consenso social para participar en la democracia.

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La ilegalización de la CUP, reiteradamente solicitada por el sindicato de funcionarios Manos Limpias, es un imperativo categórico en estos momentos. El Estado no puede ser retado de continuo, sin que deja de resentirse la estabilidad de toda la nación. Es la hora de la fortaleza y la claridad de ideas. Nunca ha servido de nada el apaciguamiento frente a los totalitarios, lo interpretan como señal inequívoca de debilidad y se crecen en su ruptura de los límites legales.

Mucho nos tememos que el Gobierno de Pedro Sánchez va a naufragar el 21 D, provocando daños a la dignidad nacional.