Enrique de Diego.
No eres John Fitzgerald Kennedy, ni con gafas de sol, eres un macarra. Pasan los días y no haces lo que debes y tendrás que terminar haciendo: pedir perdón por despilfarrar el dinero de los sufridos contribuyentes españoles por hacer la gracieta de nuevo rico de llevarte a Begoña Gómez, la especialista en contratos basura, a daros el placer de escuchar a The Killers en Benicassim. Dos horteras de bolera dándose un gusto con el dinero de todos. Ese gesto, que te retrata como un personaje sin estilo, incapaz de distinguir lo público de lo privado, con lo sencillo que es eso, te va a costar muy caro. Los españoles lo recordarán cuando los frías a impuestos por todos lados, cuando trates de incautarte de sus herencias.
No hace mucho hemos visto como la presidencia de Croacia, Kolinda Grabar daba un ejemplo de ética viajando en clase turista pagándoselo de su bolsillo para ir a ver a la selección de su nación –un evento que hubiera podido considerarse público- en el Mundial de Fútbol y descontando los días de estancia de sus haberes. Claro que Kolinda, previamente, había vendido el avión presidencial y los 35 Mercedes Benz destinados a ministros y altos funcionarios.
¡Qué contraste con tu actitud de macarra, de chulo de discoteca! Y esa utilización de ese pobre hombre que es Ximo Puig para tener una charla informal de 40 minutos, que bien puedes mantener por teléfono o vídeo conferencia, si es que Ximo Puig tiene algo que decir, ¡qué infame tomadura de pelo a todos los españoles ese afán añadido de maquillar, disimular o justificar el viaje en avión presidencial.
Es indignante que la cultilatiniparda, la ignorante ilustrada, la postmoderna inclusiva encima presente como virtud el latrocinio insertándolo en “agenda cultural nocturna”. No, el avión presidencial, macarra, no está para tus caprichos, ni para tus aficiones, ni para dártelas de poderoso con Begoña, ni para reírte de cuantos se levantan cada mañana esta nación que se cae a pedazos y para pagar impuestos ya no con el sudor de su frente sino con su sangre. No está ni para ir a la Scala de Milán, ni a las Pirámides de Egipto, ni a la final de la super bowl. No es cuestión de jerarquía artística, simplemente de ética, algo de lo que careces, como ya demostraste en Bankia y en cada paso que das como una parodia de Zapatero que ya es en sí bastante parodia.
Es cuestión de que España no tiene para pagar las pensiones, mientras tú ejerces de Rey Mierdas, convirtiendo en mierda todo lo que tocas. Es cuestión de que España puede entrar en recesión, con el crudo escalando hacia los 90 y los 100 euros, de que se doblará la inflación, de que va a estallar la burbuja de deuda soberana y vamos a ver de dónde sacas financiación, y en medio de esa tragedia que viven cada día las familias españolas a ti te apetece irte de concierto y, venga, coges el avión presidencial, te vistes de tirillas, te coges a la macarra que le gusta más figurar que a un tono un lápiz, y venga de juerga, a darte un capricho. Por las mismas, puedes seguir la gira de The Killers, como “agenda cultural”, por supuesto.
Nunca, desde el Mystere de Alfonso Guerra, se había vejado de manera tan abyecta a los contribuyentes. Eres un macarra y terminarás muy mal.