Editorial.
Las elecciones andaluzas han sido un completo fracaso para los medios de comunicación. Han mostrado que existe un completo divorcio entre los medios y los ciudadanos. Los medios actualmente no prestan servicio alguno a los ciudadanos, sino que sirven a los intereses de una élite depredadora. Ese esquema ha fracasado. Programa como el de Susanna Griso en Antena 3 y Ana Rosa Quintana en Tele 5 no tienen otra finalidad que mantener el statu quo. No son periodistas ni comunicadoras, son manipuladoras y comisarias políticas dedicadas a perseguir a los disidentes y de silenciar a la mayoría de la población. La Sexta no es más que la cadena oficial de Podemos, un partido que está en plena decadencia y que va camino de ser irrelevante.
No son medios independientes, sino altamente dependientes, que han recibido favores del poder político en términos de licencias administrativas, lo que les permite una situación de oligopolio, y sustanciosas cuentas de publicidad oficiales.
Es precisa una purga de comunicadores mendaces, de payasos que se suenan los mocos en la bandera nacional, de inquisidores de la corrección política.
Es preciso sacar a subasta las licencias administrativas y que, por lo menos, paguen.