Enrique de Diego.
No seas tan patético, Dani Mateo, no te pongas tan en evidencia, cobardica. El otro día hubo una tromba en Valencia con inundaciones y de seguro fuiste tú con tus lloriqueos. Te estás viniendo abajo, piltrafilla. Dabas asco, pero ahora das pena, tan desmadejado, tan acojonado, porque es que Dani los llevas de corbata, como si te fueran a partir la cara en cualquier momento y no hay nada de eso, ni lo va a haber. Como decíamos de pequeños, el que te dé una leche se va a llenar de mierda y estoy seguro que a nadie se le pasa por la cabeza.
Es que te lo estás haciendo todo el día encima con esa cara de idiota que tienes y no paras de parlotear como si te hubieran dado cuerda. Vamos que se suspendió la función en el Teatro Olympia de Valencia porque los de España 2000 convocaron una concentración delante del teatro y son gente muy maja que tienen pisos de acogida para los indigentes que vais provocando los de izquierdas, que eso se os da de hongos, y que, pedazos de hipócritas, todos tenéis, incluido tú, gorrón piltrafilla, sociedades instrumentales para evadir impuestos. Qué sois la vergüenza de España.
No te asustes tanto, evítanos tus gimoteos, suénate los mocos con el forro de los cojones o los manteles de tu bareto El Ideal, Calle la Estrella 3, donde los de España 2000 quieren ir a tomarse unas albóndigas. Trátalos bien y te dejaran una buena propina. Kenneth Peacok Tynan tenía como lema: «Provoca tempestades, aguijonea y lacera, levanta torbellinos«. Tú, Dani, las únicas tempestades que estás montando son las de tus lacrimales y tus diarreas vergonzosas. Contente, majete, que expandes un tufo que apesta.
Y, al fin y al cabo, de qué te quejas. Querías provocar y lo has conseguido. Has tenido un exitazo. Es lo que tiene la libertad de expresión, que tú haces una gilipollez y la gente da en pensar que eres un pedazo de gilipollas. Dices que a este paso sólo podrán hacer comedia Arévalo y Bertín. Terrible visión, pero Dios es compasivo. Te has ido al programa El Suplement de Catalunya Radio, la radio pública, porque tú chupas del bote todo lo que puedes, a poner perdido el estudio con tus lagrimones y no te sacas el susto de encima. Además, Dani Mateo, eres tonto, pero tonto de remate, vamos que vas a un concurso de tontos y quedas el segundo por tonto. Vas y dices: «pedimos perdón y no sé por qué. Se tenía que calmar el ambiente». No te enteras de nada. Monzón y tú hicistéis el paripé de hacer como que pedías perdón porque os lo mandaron los de arriba, los Crehueras, Bardají y Casal porque ha sido tal tu exitazo que habéis puesto en peligro el negocio. No pedisteis perdón, por supuesto, os bajasteis simplemente los pantalones por orden de la superioridad. ¿O te creías que la última palabra la tiene Monzón?
Estás acabado, Dani. Cualquier día o al final de la temporada te dan la patada. Al sistema no le gustan los polémicos y tú te has convertido en un maldito y en un pringao. No les sirves. La petición de perdón fue tu firma en el finiquito. Y tu bareto se va a ir a la mierda, así que tienes un futuro muy oscuro, depresivo.
A los chicos de El Suplement les has dicho que «no sé si quiero vivir en un país donde no se puede hacer mi tipo de comedia«. Cuándo has hecho comedia, gañán, que no me he enterado, Juan Palomo. Decidís que hacéis un programa de humor y maldita la gracia, que os dedicáis a la comedia y al único que le hacéis reír es a Pablo Echenique si le chupa la minga, Dominga. Y la gran amenaza, ultimatum en toda regla: «Si un juez me dice que no puedo hacer humor con la bandera quizás me marcho a Bélgica con Valtònic«. Eso sí que es una gran alegría. ¡Ya estás tardando! ¿Para qué necesitas a un juez? Tú mismo, aire.Vete a Bélgica, a esa nación de cuarta que ha dado a la civilización a Tintín y a Hércules Poirot.
Allí, en Bruselas, hay un payaso que hace mucha mejor comedia que tú, un tal Jean Claude Juncker, que enlaza borrachera tras borrachera, y de la última rueda de prensa ha habido que sacarle a rastras de nuevo, con un zapato de cada color. Vete a Bélgica, payaso fracasado, humorista amargado, a esa nación ficticia donde toda estupidez tiene su asiento. No vamos a enviar al duque de Alba a buscarte ni a poner una pica en Flandes. Vete con esa escoria de Valtònic. No echaremos en falta a tu insignficancia y le resolveras un problema a los hipócritas de Atresmedia.
Eres infantil, Dani. Provocas y no asumes las consecuencias. Tocas los cojones y te asombras y gimoteas cuando las buenas gentes se sienten agredidos por tus banalidades de descerebrado (extensivo al guionista). Puedes sonarte los mocos con la bandera pero los demás, en el ejercicio de su sacrosanta libertad de expresión, son muy dueños de mandarte a tomar por culo. Estás acabado. Eres un juguete roto que deambula inservible y desacompasado por un escenario donde ya no sabes el lugar que ocupas.
Por esa bandera, mocoso de mierda, ha muerto mucha gente, por lo que representa, por una historia común, por la libertad de todos. Fue la bandera con la que enardeció el general Prim a los voluntarios catalanes en Castillejos. Esto a ti, ignorante proteico, no te dice nada porque vives y te mueves en cerrados ambientes progres donde no hay ni el más mínimo sentido patriótico y te has llevado la sorpresa de que la bandera y la Patria son esenciales para las buenas gentes, esas que se levantan cada mañana para pagar los teatros públicos de los que tú, chupóptero, te lucras y evades impuestos.
Estás acojonado. No te llega la camisa al cuello y tienes los testículos al nivel de los calcañares: «Vox a caballo da miedo. Tengo miedo de que ganen pero quiero pensar que Vox es como twitter: poco representativo de la sociedad que tenemos«. ¡Qué mierda de tío eres, Dani!
Vete a Bélgica y evítanos tus gimoteos, tus lloriqueos de nenaza, tu victimismo de cobardica. Aquí has entrado en pánico y no das ni pena pero eres penoso.