Luis Bru.
El Español de Pedro J Ramírez va camino de ser el mayor fracaso del periodismo español. Al menos, en el ámbito de internet y, sobre todo, en el terreno de las expectativas no cumplidas. En la medición de comscore –Ramírez abrió una investigación sobre su presidente como posible elemento de chantaje- de septiembre, El Español queda en 8ª posición y el 3º de los nativos con 10.698.000 usuarios únicos. Un dato que se relativiza si se tiene en cuenta que Ramírez ha seguido la curiosa estrategia de sumar hasta 9 digitales para sumar audiencia. Sobre todo, queda detrás de Ok Diario, de su discípulo amado, Eduardo Inda, con 10.883.000.
Hemos preguntado a expertos en comunicación sobre los motivos de esta derrota de Ramírez a manos de quien fue su hombre de confianza como delegado de El Mundo en Baleares, director de Marca entre 2007 y 2011 y director general de la extinta Veo 7; todos ellos nombramientos propiciados por Ramírez.
Entra dentro de la lógica que Eduardo Inda se hubiera sumado al proyecto de Pedro J, pero consideró que se trataba de un personaje amortizado y que podía volar por libre, con los apoyos del PP y, sobre todo, de Florentino Pérez. Así que puso su digital en marcha en diciembre de 2014 ganando posición frente a Pedro J que tocó muchas fanfarrias e hizo mucho ruido previo.
Inda tenía claro que la clave del digital no era hacer una inversión disparatada sino tener exclusivas, contenidos propios y aprovechar su presencia en televisión y radio para amplificar sus informaciones. A diferencia de El Español, que costó 3 millones de euros, OK Diario no costó ni medio millón de euros. Inda ha funcionado con menos medios pero con riesgos calculados, mientras la gestión de Eva Fernández, consejera delegada de El Español, es un cúmulo de despropósitos, empezando por la sede en Avenida de Burgos 16, pequeña, cara y en ninguna parte. La de OK Diario está en Alcobendas, Calle Anabel Segura, 11; una zona mucho más barata y sin ínfulas de ningún tipo y, a la postre, mejor comunicada.
El Español nació con una grandilocuencia que se ha perdido en el tiempo. Ha invertido mucho más en imagen que en periodismo. Uno de sus pequeños inversionistas relata la puesta en escena en IFEMA de la primera Junta de Accionistas: “hizo un despliegue de medios estilo Hollywood muy efectivo e impresionante”. Recientemente, concedió premios en el Hotel Palace, con catering escaso, quiero y no puedo. Todo muy caro. Un estilo yuppi.
Eduardo Inda está funcionando como un periodista que entiende el lenguaje de internet. Se promociona pero al servicio de su digital, mientras que el digital de Pedro J se dedica a promocionarle a él en su vanidad herida. Ramírez funciona como el jefe de una secta, no como un periodista.
El estilo de OK diario es claro, conciso y concreto. Nada de florituras, ni pruritos intelectuales. Saben y parte de la base de que el usuario medio de internet apenas lee libros y, por supuesto, no sabe quien es Hayek o Gramsci. Hay muchas honrosas excepciones, como los lectores de Rambla Libre. El Español parece una reedición de El Mundo; Pedro J no ha abandonado mentalmente el papel, lleva papel en las alas. El Español pretende ser sesudo e intelectualoide y lo que consigue es aburrir a las ovejas. OK Diario no presta mucha atención a la política internacional, más allá de los momentos o hechos puntuales.
OK Diario trabaja muy bien el tráfico. Dedica una parte de sus ingresos publicitarios en la compra de tráfico. Así consigue darse a conocer a más usuarios.
Además de política, toca temas variados: corazón, famosos, Real Madrid, etc. Mucho Real Madrid. Es el portavoz oficioso de Florentino Pérez. Pero apuesta y lo hace con una línea desenfadada. El Español también lo hace pero es extraordinariamente tedioso.